Venecia, más romántica que nunca

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Por Euronews
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¿Cuál es el vínculo entre Venecia y la música francesa decimonónica? La respuesta podría ser: la pasión que profesan los compositores románticos franceses a la ciudad de los canales, una devoción recíproca puesto que Venecia alberga el Centro para la Música Romántica Francesa.

La Fundación BRU restauró el Palazzetto Bru Zane para dar cabida a un vasto programa de investigación científica y de conciertos, organizados tanto en Venecia como en el mundo entero.

A Michèle Roche le sedujo rápidamente el proyecto: “Me enviaron un día a Venecia con el fin de buscar un palacio. Visité edificios maravillosos de 5.000, 3.000, 1.500 metros cuadrados … y, entonces, tuve un encuentro inesperado con los querubines de Abbondio Stazio, acto seguido descubrí los frescos de Sebastiano Ricci. Trabajar en Venecia, en un sitio como este es, simplemente, maravilloso, tuve la impresión de no estar trabajando.”

Valorar las obras menos conocidas de compositores célebres, así como, rehabilitar la obra de artistas olvidados, esos son los fines del Centro para la Música Romántica Francesa. Ambiciones que comparte el laureado pianista, Laurent Martin: “La clave de la música romántica es que se trata de una música, extremadamente, afectiva, sensible… El Romanticismo era el exceso, la fantasía, una sensibilidad exacerbada, sentimientos a flor de piel. En la sociedad moderna, que es un poco anónima, fría, hay espacio para esta música tan rica en emociones.”

El programa presenta obras y compositores desconocidos, una apuesta arriesgada que ha sido bien acogida, según el director científico del Centro, A Dratwicki: “Cuando decidimos consagrar el festival al piano romántico, intentamos no contrariar al público. Hemos sido un poco tajantes al incluir en el programa numerosas obras de compositores, completamente, olvidados. Las obras más atractivas han sido, finalmente, las que menos impresión han causado, mientras que, con los programas más arriesgados, hemos tenido que dejar a mucha gente en la calle. Si queremos forjarnos una reputación, entonces, tenemos que innovar, volver a despertar interés por algo que se había olvidado, ir en ese sentido.”

Para Julie Friez, segundo violín del Quarteto Satie, su única certeza es su fe en el arte: “El arte juega un papel muy importante, no se trata sólo de placer, el arte tiene sentido cuando nos ayuda a vivir mejor. No es necesario ser artista, ir a un concierto, a un museo o al cine, creo que te permite ver la vida de otra manera, y, para mi, sin todo eso no sería, creo, tan rica ni interesante.”

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