Un solo voto de diferencia ha permitido al Gobierno español sacar adelante su plan de ajuste presupuestario, el más severo de la democracia.
169 votos contra 168, gracias a la abstención de Convergencia I Unió, Coalición Canaria y Unión del Pueblo Navarro.
Solo los socialistas han votado a favor.
“Un texto difícil, como todo el mundo puede comprender, y siguiremos trabajando para que las nuevas iniciativas y reformas puedan tener más consenso parlamentario. Agradezco a los grupos que han tenido la responsabilidad de facilitar la aprobacion del decreto-ley”.
Para el Partido Popular el plan simboliza el fracaso del conjunto de la política del ejecutivo, no solo de la económica. No están en contra de la reducción del déficit, sino de la forma de plantearlo.
“Vamos a votar en contra por estimarlo improvisado, insuficiente y injusto.”
CIU ha justificado su abstención en aras de evitar una crisis como la griega, aunque ha pedido elecciones anticipadas y ha anunciado su oposición a los presupuestos de 2011.
“Reconocemos que este decreto y sus medidas no son buenos, pero no aprobarlo en estos momentos seria peor para este país y para los ciudadanos.”
Zapatero ha suspendido su viaje a Brasil, donde iba a asistir a un foro de la UE y a una cumbre de la Alianza de Civilizaciones que él mismo promueve.
Aún debe cerrar a contrarreloj la negociación de la reforma laboral, otro “sapo” que los españoles deberán tragar.