Bangladesh espera a la Cumbre Sobre el Cambio Climático de Cancún

Bangladesh espera a la Cumbre Sobre el Cambio Climático de Cancún
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Por Euronews
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Beauty Akhtar y su familia viven en la región de Pirojpur en el sur de Bangladesh. Una zona asolada por dos ciclones, el Sidr y Aila en 2007 y 2009.

Cientos de muertos y miles de desplazados de sus hogares fueron el balance de estos dos desastres.

Los diques del río no han sido reconstruídos, haciendo más díficil la vida para aquellos que han permanecido en sus hogares como Beauty y su familia.

Beauty nos explica el caos que dejaron los ciclones:

“El ciclón mató a nuestros animales, nuestras vacas, nuestras cabras y a nuestros patos y pollos. Las casas se derribaron y nos cobijamos con los niños en una caseta de ladrillos. Incluso ir hasta allí fue duro. No pudimos coger ninguna de nuestras pertenencias, ni siquiera la ropa de cama. Fue horrible”.

El agua ha sido amiga y enemiga de Bangladesh durante siglos. Es necesaria para la supervivencia y el sustento, los cultivos o la pesca. Pero, el agua también es enemiga por las inundaciones y los monzones que provocaron que un tercio del territorio de Bangladesh quedase bajo el agua.

Bangladesh es uno de los países más afectados por el cambio climático. En resumen, es un testigo real de este fenomeno, lo que empeora aún más la situación de uno de los países más pobres del mundo. La mitad de sus 144 millones de habitantes sobrevive con menos de un euro por día.

Para este experto en cambio climático, todavía hoy es díficil culpar a la actividad humana de los desastres naturales.

Saleemul Huq, Senior Fellow, International Institute for Enviroment and Development

“La evidencia científica de que el cambio climático ya está ocurriendo es bastante fuerte. Sin embargo, el problema es intentar atribuir cualquier tipo de acontecimiento como una inundación o un ciclón a un cambio climático provocado por el hombre. No podemos hacer esto todavía.

Por otro lado, por supuesto, sí podemos percibir ciertas tendencias y atribuirlas.

En el caso de Bangladesh, tenemos históricamente una larga historia de inundaciones, registrada desde la época de la colonización, hace ciento cincuenta años.

Tenemos también un registro de la amplitud de las inundaciones y la frecuencia en la que se han producido en los últimos veinte años. Ha habido cuatro inundaciones importantes. De todas maneras, no podemos atribuir esta situación al cambio climático directamente, pero sí a lo que ocurrirá”.

Prepararse para lo que ocurra es el principal objetivo de los programas de adaptación financiados por la Unión Europea y Programa Mundial de Alimentos.

En el distrito de Bagerhat en el sur de Bangladesh, se enseña a los habitantes de la zona cómo examinar el agua del río del pueblo. El agua salada ha entrado en el agua que los campesinos utilizan para sus cosechas.

Kopulna Roy depende de la pesca de gambas para su supervivencia, en particular para alimentar a su hijo de dos años.

Un pequeño préstamo de un programa de ayuda a mujeres, de la Unión Europa, le ha permitido alquilar este estanque para pescar gambas.

No es mucho, pero al menos le permite alimentar a su hijo. En este país, sesenta millones de habitantes sufren de malnutrición.

Kolpuna Roy:

“Sufría siempre mucho cuando veía a las madres alimentar a sus hijos. Siempre esperaba poder hacer lo mismo para mi niño, por eso pensé en alquilar un estanque como ellas, así podría alimentar a mi pequeño. Todo lo que hacemos es por el bien de los críos”.

Para aprender a pescar mejor, a cultivar mejor y a beber agua potable, el ministro de Medio de Ambiente asegura que aunque no podemos parar el cambio climático, sí podemos prepararnos.

Hasan Mahmud:

“Es importante adaptarse. Incluso si mañana pasamos a cero emisiones, la temperatura todavía continuará aumentando durante algunos años. ¿Qué hacemos entonces? Es esencial adaptarse, y es una prioridad para nosotros”.

Pero esta adaptación cuesta dinero. Éste ha sido el tema principal de la Cumbre sobre el Cambio Climático que se celebró en Copenhague en diciembre de 2009.

El dinero ha sido crucial para ayudar a personas como Mohamad Fulmia, quien tuvo que dejar su hogar hasta veinte veces después de las grandes inundaciones de 1988.

Mohamad Fulmiam, víctima de las inundaciones:

“Como el río pierde profundidad, vemos destrucción todo el año. Antes, esto no era así, podíamos cultivas. Ahora todo cambia todo el tiempo”

Los efectos del cambio climático en Bangladesh provocan que la estación de lluvias sea impredecible alternando. Inundaciones y sequías. Las situaciones extremas han provocado la emigración a áreas urbanas ya superpobladas.

Arham Uddin Siddiqi, Experto Desarrollo Rural UE:

“Si miramos diez años atrás, la manera en que se produce la erosión con el caudal del río va en pararelo con el número de personas desplazadas, más de 100.000 cada año. Si continúa así y empeora, me temo que la gente tendrá que emigrar, pero no sólo hacía las zonas urbanas, quizás solo le quede la opción de emigrar fuera del país”.

Tras la cumbre del Cambio Climático de Copenhague, Bangladesh debería de haber recibido 5.000 millones de ayuda internacional. Este dinero todavía no ha llegado.

Connie Hedegaard, Comisaria Europea para la Acción Climática:

“Es absolutamente crucial que los países desarrollados en su conjunto cumplan la promesa hecha en Copenhague de enviar 22.000 millones de euros entre este año y 2012. Es, absolutamente, una cuestión de credibilidad para los países ricos”.

Hasan Mahmud, Ministro de Medio Ambiente de Bangladesh:

“En Copenhague, llegamos al acuerdo de asignar dinero, por primera vez, para la adaptación y la prevención de los riesgos de las catastrofes naturales. Por tanto, nuestra expectativa era tener un acuerdo legal vinculante, pero entendimos incluso antes de Copenhague que eso no sería posible, por lo tanto no fue un fracaso, hubo muchos éxitos. Pero, debemos alcanzar en Cancún aquello que soñamos conseguir en Copenhague”.

Realizar los sueños en Cancún…. Muchas esperanzas en juego en la próxima cumbre sobre el Cambio Climático de Naciones Unidas que se celebrará en esta ciudad mejicana del 29 de noviembre al 10 de diciembre.

La esperanza que tienen países en una situación complicada, como Bangladesh, es que la Union Europea y países ricos terminen lo que comenzaron en Copenhague: lanzar propuestas claras, y donar dinero para ayudar a aquellos que están sufriendo la agresividad de la madre naturaleza.

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