Terrorismo, tráfico de drogas, trata de seres humanos… La Oficina Europea de Policía, Europol, se encarga de combatir la delincuencia en la Unión Europea. Hemos entrevistado a su director, Rob Wainwright, quien nos ha explicado los peligros a los que se enfrenta Europa.
Ali Sheikholeslami, euronews:
¿Cree que la amenaza terrorista en Europa es mayor tras el asesinato de Osama ben Laden?
Robin Wainwright, director de Europol:
No debemos subestimar la amenaza terrorista, por supuesto que no. Hemos visto un cambio en la manera de actuar, incluso en el terrorismo yihadista respecto al de hace diez años cuando vivimos los horrorosos atentados en Estados Unidos. No ha habido ninguna acción importante en Europa en los últimos años, desde los atentados de Madrid y Londres. Pero no hay que bajar la guardia. Esta situación se debe en gran medida al excelente trabajo de la policía y de las fuerzas de seguridad europeas que han impedido que los terroristas cumpliesen sus objetivos. Veo por los servicios de inteligencia que los grupos yihadistas permanecen activos. Pero están cambiando: están más deslocalizados, pertenecen a una red más flexible, en algunas partes de Asia, por ejemplo, no hay líderes. Nos enfrentamos a una amenaza más fragmentada, lo que la convierte en más peligrosa, se trata de una amenaza que opera en internet. Algunos individuos se han radicalizado por la propaganda que ven en la Red y actúan como lobos solitarios, lo que complica la labor de la policía. Creo que la amenaza que pesa sobre Europa es importante y que debemos hacerle frente de manera coordinada.
euronews:
Hablemos de Stuxnet, por ejemplo. Es un virus basado en un código sofisticado, se dice que es un arma cibernética porque puede buscar y destruir un objetivo concreto. ¿Qué sucedería si los terroristas empezasen a usar estas tecnologías? ¿Europol está preparado?
Wainwright:
Creo que es es un peligro concreto, evoluciona muy deprisa. Se están desarrollando a gran velocidad en internet nuevos y peligrosos programas. Los grupos organizados los utilizan para obtener miles de millones de dólares de maneras diferentes a través de la Red y su blanco son millones de ciudadanos europeos. Nos enfrentamos a una amenaza potencial, ya que los terroristas podrían usar estas herramientas para atacar instalaciones gubernamentales o infraestructuras nacionales, por ejemplo. Tenemos que estar alerta y asegurarnos de que los gobiernos y las fuerzas del orden en Europa están dotadas de los medios necesarios. Aquí, en Europol, estamos desarrollando un nuevo programa, ambicioso y dinámico, para ofrecer a las fuerzas de seguridad las herramientas para hacer frente al cibercrimen. Estamos pensando en crear en el futuro un nuevo centro europeo de cibercrimen, y espero que se ubique en nuestro nuevo edificio.
euronews:
¿Su unidad de cibercrimen es lo suficientemente ambiciosa?
Wainwright:
Precisamente, contamos con un ambicioso programa para desarrollar nuestro trabajo en el campo del cibercrimen. No sólo incluye áreas tradicionales como los contactos policiales, sino que se amplía al ámbito académico, al sector privado y a la industria. He mantenido varios encuentros en los últimos meses con ejecutivos de las empresas especializadas en la seguridad en internet, en concreto, de Silicon Valley en Estados Unidos. Hemos hablado de cómo podríamos crear un nuevo programa juntos, una plataforma de trabajo, cooperación, puesta en común de información, para fortalecer la relación entre la industria, donde se han hecho muchos de los mejores trabajos, y las fuerzas de seguridad. Tenemos que ir adaptándonos de manera progresiva, hay que pensar cómo podemos desarrollar nuestras capacidades. Confío en conseguirlo en los próximos años.
euronews:
Las drogas matan entre 25.000 y 50.000 personas en Europa cada año. ¿Europol debe poner en marcha una guerra contra las drogas, como lo llama Estados Unidos?
Wainwright:
No hablo de guerra contra las drogas, pienso que no es la manera de llamarlo. Creo que para combatir la delincuencia hay que encontrar las un equilibrio entre privacidad y seguridad, por ejemplo, el derecho de una agencia como la nuestra para recoger datos o el derecho de combinar los intereses de los que goza la justicia como la seguridad en su conjunto. Por eso creo que la expresión de “guerra contra las drogas” no es la adecuada. Pero es verdad que el consumo de drogas en Europa supone un grave problema. Muchas de estas sustancias llegan a Europa procedentes de todo el mundo mediante sofisticadas redes de crimen organizado: llega cocaína a través del Adriático, por ejemplo, a través de los Balcanes, incluso de los países bálticos, a veces de América Latina. Las rutas de la heroína se están multiplicando alrededor de Europa, se están produciendo nuevas drogas sintéticas en nuestro continente. La droga es el campo de cultivo del crimen organizado. Tenemos muchas amenazas nuevas, pero la droga sigue siendo parte de nuestro trabajo.
euronews:
Usted tiene tres hijos. ¿Qué siente cuando ve a niños obligados a trabajar o que sufren abusos sexuales? Como director de Europol, ¿qué está haciendo para ponerle fin a esto?
Wainwright:
Es uno de los peores campos de la delincuencia con el que lidiamos, pero es un privilegio dirigir una organización que puede actuar contra estos delitos y que contribuye a proteger a las familias y a los niños. Tenemos una oportunidad única para usar nuestras capacidades y expertos, algunos de los cuales son los mejores de Europa. En lo que nos concierne, debemos apoyar las operaciones, en casos muy importantes. A principios de año desmantelamos una de las redes de abusos infantiles más importantes del mundo, lo que nos permitió identificar a más de 700 pederastas en Europa. Fue posible gracias a que conseguimos romper el código de seguridad y pudimos así dar con los sospechosos, desmantelar la red y rescatar a 230 niños, tanto en Europa como fuera de ella. Cuando veo un trabajo como este estoy orgulloso de la labor de nuestros expertos y de que podamos cambiar la sociedad, porque en este área en concreto tenemos que conseguir imponernos de manera contundente a los criminales contra los que luchamos.