Los talibanes han atacado en Kandahar a una delegación del Gobierno afgano, de la que formaban parte dos hermanos del presidente Hamid Karzai. El grupo se vio sorprendido por los tiros y proyectiles talibanes cuando estaba en un pueblo, investigando sobre el terreno la masacre de 16 civiles cometida presuntamente por un soldado estadounidense el domingo pasado. Al menos 3 personas resultaron heridas.
Entretanto, en Jalalabad, en el este afgano, unos 2000 estudiantes han desfilado entre gritos de “Muerte a América, Muerte a Obama”. Ha sido la primera manifestación antiestadounidense tras la matanza, pero se teme que haya más y eventuales estallidos de violencia.
Barack Obama ha dicho que estas muertes se juzgarán del mismo modo que si las víctimas fueran estadounidenses. Y que, en cualquier caso, esto no provocará una salida “precipitada” de las tropas del país, prevista para 2014.
El supuesto autor de la masacre es un sargento de infantería, un francotirador entrenado para tirar a matar a unos 800 metros de distancia. Llevaba 3 meses en Afganistán y antes había estado destinado en Irak. Según el Pentágono, será juzgado en Estados Unidos y probablemente por una corte marcial.