PUBLICIDADHacía 14 años que no había mujeres con velo en el Parlamento de Turquía. Las cuatro que han decidido acudir a la última sesión con él son una pequeña victoria para el primer ministro, Recep Tayyip Erdogan, que hace unas semanas consiguió pasar una ley que eliminaba la prohibición de portarlo en las instituciones públicas.
Las cuatro son del partido gobernante AKP, pero no es la única fuerza que la apoya.
“Quiero expresar mi gratitud por que uno de los problemas más importantes de Turquía, el asunto del velo, haya sido resuelto hoy dentro del Parlamento turco”, aseguraba Pervin Buldan, diputada del Partido Sociedad Democrática.
Es otro paso más de Erdogan en su plan de liberar a la religión musulmana, mayoritaria en el país, de las restricciones del sistema laico impuesto por el fundador de la república, Atatürk. Aunque la herencia laica permanece en la Constitución, medidas como aumentar severamente los impuestos sobre el alcohol, prohibido por el islam, le han valido la acusación de querer “islamizar” Turquía.
Esta última medida, la del velo, ha sacado a la calle a decenas de turcos opuestos a las políticas del primer ministro. El pico de este descontento se produjo en junio, cuando las manifestaciones alrededor de la plaza Taksim, en Estambul, llegaron a reunir a dos millones de personas.
