PUBLICIDADDurante meses Homs ha sido uno de los escenarios más violentos del sangriento conflicto que desgarra Siria. La ciudad rebelde está sitiada por el Ejército desde hace más de un año y medio.
Este jueves se ha alcanzado un acuerdo que podría permitir la evacuación de “civiles inocentes” de la ciudad. Pero hasta ahora los civiles inocentes estaban atrapados en el fuego cruzado entre las milicias rebeldes y los militares fieles al presidente Bachar al Asad.
La orquesta Jafraa, formada por medio centenar de niños de entre siete y 17 años de un campo de refugiados palestinos ha conseguido seguir ensayando y tocando. Casi un milagro entre los tiroteos de unos y los bombardeos de otros.
Mantienen al día su página de Facebook y su canal de YouTube, las únicas formas de difundir su arte en la ciudad asediada y en medio de las restricciones a las manifestaciones culturales impuestas por el Gobierno.
La mayoría de los instrumentos son donaciones o préstamos. Uno de los objetivos de la orquesta es perpetuar el rico patrimonio musical árabe clásico.
En su página de Facebook se presentan como un grupo de “arte comprometido” que no está afiliado ni financiado por ningún partido, institución civil, asociación o por cualquier otro proyecto”.
Amer Shanati, profesor de la orquesta, declaraba a Rami Alhames, colaborador del sitio web Global Voices que trabajan para enviar el mensaje de que hay que vivir la vida “aunque parezca imposible” y pese a las restricciones. “Queremos mostrar nuestro talento para crecer en lugar de mostrarnos abatidos”.