Hungría, una política exterior abierta al Este y en constante enfrentamiento con la UE

Hungría, una política exterior abierta al Este y en constante enfrentamiento con la UE
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Por Euronews
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Este domingo, Hungría celebra elecciones generales. Hasta el día de los comicios, euronews analiza los principales aspectos de la campaña y las principales medidas adoptadas por el Gobierno.

En esta ocasión nos centramos en la política Exterior que ha llevado a cabo el conservador Fidesz durante los últimos 4 años…cuatro años de batalla constante con las instituciones de la UE, en los que el Ejecutivo ha asentado su plan de orientar hacia el Este la política exterior del país.

Hablaremos de todo ello con un especialista en política exterior, pero veamos primero este reportaje de nuestro corresponsal sobre los virajes diplomáticos del Gobierno.

El primer paso del Gobierno de Viktor Orbán cuando llegó al poder en 2010, fue aprobar una ley para conceder la nacionalidad a los ciudadanos de origen húngaro residentes en el extranjero.

Desde entonces, más de medio millón de personas, que podrán votar por primera vez en las elecciones de 6 de abril, se han acogido a la medida.

La decisión enfureció a la vecina Eslovaquia, de hecho los dos países rompieron brevemente sus relaciones.
Pero los peores rifirrafes diplomáticos llegaron tras la adopción, ese mismo año, de la controvertida la ley de medios húngara.

El texto desató duras críticas de Bruselas, que tildó de antidemocráticas las decisiones del Gobierno húngaro.

Desde entonces, Hungría copó muchas horas de debate en el Parlamento Europeo. El punto álgido del conflicto se vivió tras el llamado informe Tavares, que denunció “la tendencia sistémica y general del Gobierno húngaro a modificar repetidamente el marco constitucional y legal en plazos muy cortos con contenidos incompatibles con los valores consagrados en los tratados de la UE”.

Andrea Hajagos. euronews:
El conflicto con Bruselas se refleja también en los símbolos. El exprimer ministro húngaro tenía una bandera húngara y otra europea en su despacho en el Parlamento. Cuando le sustituyó Viktor Orbán, quitó la bandera europea y puso otra húngara.

Péter Balázs. Profesor de la Univeridad Central Europea y exministro de Exteriores:
“Parece que este Gobierno no está a gusto dentro de la UE, que maniobra para posicionarse en la periferia. Ha criticado a la Unión Europea y ha intentado librarse de su disciplina, pero por supuesto aceptó el dinero, el apoyo de la UE”.

También Estados Unidos se preocupó por el estado de la democracia húngara, aunque el debate no fue tan intenso como en la UE. Aún así, es la primera vez desde el fin del comunismo, en 1989, que un primer ministro húngaro no ha sido invitado a la Casa Blanca en 4 años de mandato.

Desde su llegada al poder, Orbán ha destacado la importancia de una “apertura hacia el Este”, diciendo que a pesar de que Hungría “navega en un barco occidental” como miembro de la UE, “en la economía mundial sopla el viento oriental”.

Justificando así la ‘heterodoxia’ económica, el país dió carpetazo al FMI e intentó vender su deuda a países como China, Arabia Saudí y Azerbaiyán.

Al final, solo Azerbaiyán compró una cantidad considerable de bonos tras la polémica extradición del oficial azerí Ramil Safárov, sentenciado a cadena perpetua por el asesinato de un militar armenio en 2004. Inmediatamente después de aterrizar en Baku, el reo fue liberado y recibido como un héroe nacional.
Un enorme escándalo diplomático que llevó a Armenia a romper sus relaciones con Hungría y que desató las críticas de la Casa Blanca.

El giro geoestratégico hacia el Este persigue también aumentar y diversificar las exportaciones húngaras. Peter Szijjártó es Secretario de Relaciones Exteriores de Hungría en el ámbito económico:
“La UE tiene por delante importantes desafios económicos, pero Oriente Medio y Asia tienen un enorme potencial de crecimiento, por lo que queremos mantener esta estrategia”.

Pero el capítulo más llamativo de esa apertura hacia el Este fue la firma de un acuerdo con Rusia valorado en unos 12.500 millones de euros para construir dos nuevos reactores en la central nuclear de Paks, la única que existe en Hungría.

La oposición denunció el secretismo que rodeó el acuerdo, que contiene un préstamo de unos 10.000 millones de euros, y criticó a Orbán por endeudar al país durante décadas, y por ponerlo en situación de fuerte dependencia energética de Moscú, con el consiguiente precio político.

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