PUBLICIDADSi algo caracteriza al sistema educativo holandés es su diversidad. De los centros religiosos a los métodos pedagógicos menos ortodoxos como Montessori, los padres tienen la posibilidad de elegir entre diferentes opciones.
Escuelas “Steve Jobs”
Sin horarios, sin libros de texto ni lecciones generales para toda la clase, los alumnos utilizan tabletas con aplicaciones pedagógicas que les permiten aprender a su ritmo.
Las escuelas “Steve Jobs” han transformado el papel que desempeña el profesor, ahora, es más bien un coach. La calidad de la educación depende, también, de la formación de estos nuevos referentes educativos.
La Universidad de Eindhoven
Jan Mengelers, presidente de la Universidad de Eindhoven:
“En Holanda hay tres grandes polos económicos, los puertos de Amsterdam y de Roterdam, el aeropuerto en los alrededores de Amsterdam y la zona industrial de BrainPort, en la región de Eindhoven, especializada en la implementación de aplicaciones de tecnologías de la información y la comunicación. Una región nombrada Comunidad Inteligente y clasificada como el tercer lugar más interesante a la hora de realizar inversiones.”
“Esta universidad es mejor, incluso, que The Massachusetts Institute of Technology al haber asociado con éxito el sector público y el privado, esa combinación de universidad e industria ha propiciado ese ecosistema del que somos parte y que nos permite estar entre los mejores del mundo.”
La repercusión social de la segregación
En los años ochenta en Holanda se hacía hincapié en el fracaso escolar de los alumnos inmigrantes, desde hace una década, el principal problema es la repercusión social de la segregación.
En ciudades como Amsterdan, Rotterdam o Utrech donde se concentra la mayor parte de las minorías, sobre todo turcos y marroquíes, esta segregación es palpable en las denominadas escuelas blancas y negras, según el apodo popular adoptado por el Gobierno.