Varosha, la ciudad fantasma que puede cambiar su destino

Varosha, la ciudad fantasma que puede cambiar su destino
Por Euronews
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Hace cuarenta años, George Lordos y su familia tuvieron que huir de Famagusta al norte de Chipre.
Hoy, George, nos lleva a ver su casa, que está detrás de una alambrada y forma parte de la ciudad fantasma de Varosha. Incluso 40 años después, George recuerda algunas cosas.

George Lordos, del proyecto común de Famagusta:
“Hace un par de días estuvimos hablando de la casa donde nací y mi padre la dibujó porque él es arquitecto. Sacó un bolígrafo y papel e hizo todo el plano de la casa.
Dibujó unas sinuosas escaleras que iban al primer piso y la habitación.
Yo dije: esta aquí, esa es mi habitacíon y él me dijo: lo conseguiste, ésa es.”

Desde que la frontera se abrió hace siete años George viene a visitar la casa de su infancia. Unos 15.000 residentes tuvieron que irse de aquí en 1974.
George sólo puede ver desde la valla el lugar, que como él dice, es el símbolo de la división de Chipre pero que quizás, ahora, vaya a haber una solución
En julio de 1974 el ejército de Turquia aterrizó en el norte de Chipre. Los grecochipriotas le llamaron invasión pero Turquia decía que lo hacía para proteger a los turcochipriotas del golpe de estado que se estaba llevando a cabo para unir Chipre con Grecia.
En Famagusta las tropas turcas forzaron a huir a los grecochipiotras después de luchar de forma intensa durante el verano del 74.
Cuando Naciones Unidas exigió el cese del fuego, en agosto de ese mismo año, las tropas turcas controlaban Varosha. Cuarenta años después, lo siguen haciendo
Varosha está cercada por una alambrada de espino, una ciudad fantasma congelada en el tiempo. Es el rehén del conflicto chipriota.
Irónicamente, hace diez años, cuando la República de Chipre entró en la Unión Europea, los griegochipriotas votaron “no” al plan de las Naciones Unidas en el que podrían volver a Varosha.
Los grecochipriotas reclaman que no hay seguridad suficiente ni derechos de propiedad entre unos y otros.
Pero una nueva iniciativa en esta ciudad fantasma pretende dar un nuevo impulso.
Un proyecto en el que se unan griegos y turcos para devolver la ciudad fantasma a sus dueños originarios.
Puede ser también una forma de crear una agradable ciudad con nuevos hoteles, abriendo el comercio internacional al puerto de Famagusta.
Okan Dagli y Mertkan Hamit son los dos turcochipiotras. Ellos lanzaron una iniciativa hace cuatro años porque nacieron y se criaron aquí y aseguran que el 73% de los turcochipiotras apoya la iniciativa para que la gente de origen griega y de origen turco se una.

Okan Dagli, del proyecto común de Famagusta:
“Yo me acuerdo de los días buenos momentos de esta ciudad. Cuando la guerra comenzó yo tenía diez años. Yo tengo muchos recuerdos. Era un lugar lleno de vida y ahora todo esto me entristece.
Una ciudad sin gente no es posible y menos cuando ya han pasado 40 años. Nosotros vivimos al lado de un lugar donde no hay nadie, vivimos al lado de una ciudad fantasma. Esto tiene efectos negativos, tanto física como psicológicamente.”

Mertkan Hamit, del proyecto común de Famagusta:
“Yo creo que los jóvenes turco-chipiotras están viendo las consecuencias de estar aislados viviendo en una isla dividida, en una posición de desventaja. Cuando ellos se den cuenta del verdadero problema buscarán alternativas. Hasta ahora la iniciativa de Famagusta es crear un gran espacio para tener un buen futuro porque lo que tenemos claro es que si conseguimos algo en Famagusta podemos conseguir algo para Chipre también.”

A pesar de que iniciativas como esta pueden favorecer a Chipre, Varosha tiene problemas para perdonar, aunque políticamente hablando puede ser positivo para ellos.
Desde 1974 pero sobre todo, a partir de 1983 cuando se declaró la República Turca del Norte de Chipre, se han llevado a cabo diferentes rondas de negociaciones pero ninguna llegó a ningún acuerdo.
Nicosia sigue siendo la última capital dividida de Europa.
El sitio donde vemos esto de forma más clara es en el moribundo aeropuerto de Nicosia, zona donde estaban las Naciones Unidas y donde el tiempo se ha detenido.
En este conflicto no sólo murieron soldados Griegos y turcos sino también 180 cascos azules de la ONU.

Michel Bonnardeaux, representante de Naciones Unidas:
Este aeropuerto estaba en el lugar donde se produjeron la mayoría de los combates por hacerse con el aeropuerto, en 1974.
El ejército turco vino desde el norte para intentar hacerse con él ya que ovbiamente era un lugar estratégico. Los grecochipiotras lo defendieron con uñas y dientes, aunando las fuerzas de la guardia nacional y el ejército . Y la ONU estaba en medio, de hecho el ejército canadiense estaba aquí mismo.
Entonces, cuando la lucha comenzó el coronel Beattie, que estaba entre los dos ejércitos, colocó una bandera blanca, la bandera de Naciones Unidas.
El consejo de seguridad decidió declarar todo el aeropuerto como zona protegida por la ONU, como aún sigue siendo hoy en día.

Desde entonces, la ONU ha actuado como fuerza de paz en una zona que se extiende alrededor de 180 kilómetros.
En febrero del año pasado volvieron a verse ciertos signos para impulsar las negociaciones de paz. Los líderes chipiotras, griegos y turcos dieron una declaración conjunta en el aeropuerto de Nicosia.
El interés geopolítico era otro ya que Turquía le ofrecía seguridad en Oriente próximo y Chipre la posibilidad de obtener pretróleo o gas de sus aguas, ya que se están llevando a cabo prospecciones. Todo parecían puntos positivos, sin embargo el proceso está perdiendo fueye.

Dinos Lordos es el padre de George.
Antes de escapar , la familia Lordos había comprado cuatro hoteles en Varosha cuando esta ciudad era considerada el Saint Tropez de Chipre.
Dinos vuelve a reconstruir su vida en el sur, al igual que su hijo.”
Él culpa a los políticos de ambos lados de la isla de haber utilizado Famagusta.

Dinos Lordos, vecino de la localidad:
“El problema es de los políticos que han utilizado esto para beneficiar sus propias carreras. Claro que es fácil asustar a la gente , decirles que no hagan algo porque es peligroso, en vez de hablar de las potenciales posibilidades que puede ofrecer una solución en la que todos se beneficien. Así que para mi esto es una artimaña que han hecho los políticos para beneficiarse ellos mismos.
Espero que en las próximas elecciones crezca el número de nacionalistas que hagan que esto avance.”

Aún quedan hoteles que hacen recordar lo que fue Varosha.
Esperemos que algún día, este pueblo fantasma de Chipre vuelva a tener vida y que los griegos y turcochipriotas puedan caminar juntos por estas playas.

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