La organización cívica Human Rights Watch ha documentado la masacre de más de medio centenar de congoleños a manos de la policía. Operación Likofi fue una intervención contra una banda de delincuentes llamada Kuluna. La policía detuvo y eliminó a personas ajenas a la banda.
La investigadora de Human Rights Watch Ida Sawyer lo describe con precisión: “La policía fue de barrio en barrio buscando gente de Kuluna. Ni siquiera investigaron para saber qué era realmente Kuluna y gente que no tenía nada que ver con el fenómeno fue atacada. En algunos casos sacaron a rastras de sus casas a jóvenes y a niños, con frecuencia los golpearon y humillaron delante de sus familiares y vecinos, y en algunos casos, los mataron a tiros “
Muchas de las víctimas fueron golpeadas y humilladas en público. Después habrían sido asesinadas por los policías. En muchos casos dejaron los cuerpos en la calle. Sólo pasado el tiempo fueron recogidos para su traslado a las morgues de la ciudad
La República Democrática del Congo tiene un expediente pésimo por la continua violación de los derechos humanos. La policía conocida por su brutalidad, prepotencia y documentado historial de crímenes es apoyada y respaldada por el gobierno de Kinsasa.
El gobierno congoleño respondió a las denuncias de Naciones Unidas expulsando del país el mes pasado al responsable de derechos humanos de la ONU Scott Campbell .