El Mediterráneo es la ruta migratoria más mortífera del mundo. Una constatación del Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR)
PUBLICIDADEl Mediterráneo es la ruta migratoria más mortífera del mundo.
Una constatación del Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR), ya que el “mare nostrum” es también la ruta más transitada; desde principios de 2014, más de 200.000 personas han intentado hacer la travesía. El triple que el récord de 2011, cuando 70.000 emigrantes huyeron de sus países durante las revoluciones árabes.
Sirios y eritreos representan la mitad de esas 207.000 personas, procedentes de África y de Oriente Próximo que se han echado a la mar con la esperanza de desembarcar en los países del sur de Europa. 3.419 han muerto en el intento.
Rasha Almasri es siria. La desesperación la llevó a intentar la peligrosa travesía:
“Estuvimos en el mar una semana. Sufrimos lo indecible allí, parados en alta mar durante siete días. Todos los días, los traficantes nos decían que nos íbamos al día siguiente, pero seguían trayendo emigrantes al barco, hasta que se averió y ya no pudimos movernos. Entonces, un buque de guerra egipcio vino y nos trajo hasta aquí”.
Libia, donde el conflicto interno sigue agravándose, es incapaz de controlar sus vastas fronteras, especialmente en el desierto.
Es uno de los países de tránsito de los emigrantes que se dirigen al Mediterráneo.
Amer Bashier. Director del servicio de Inmigración de Sabratha:
“Aquí sufrimos la inmigración ilegal de los solicitantes de asilo procedentes de países como Eritrea, Etiopía, y Somalia. Ahora también hay muchos sirios, cada vez más, que intentan llegar a Europa”.
El puerto pesquero de Sebratha, en Libia, es uno de los puntos de salida hacia Italia. Pero el Mediterráneo no es el único mar en el que se aventuran los “desesperados” que huyen de la guerra o de la miseria.
Este año, más de 82.600 personas han atravesado el Golfo de Adén y el Mar Rojo desde el Cuerno de África hacia los países ricos del Golfo Pérsico. 242 personas murieron ahogadas.
Y 54.000 siguieron sus pasos en el Golfo de Bengala. 540 no llegaron nunca a su destino.; 348.000 emigrantes en todo el planeta se echaron a la mar. Una travesía mortal para 4.272 personas.