La tensión, siempre presente entre Israel y la Autoridad Palestina, que acaba de firmar la reconciliación con Hamás, se dispara en junio de 2014, con
PUBLICIDADLa tensión, siempre presente entre Israel y la Autoridad Palestina, que acaba de firmar la reconciliación con Hamás, se dispara en junio de 2014, con el secuestro y asesinato de tres adolescentes israelíes en Cisjordania. El mismo día del funeral, extremistas judíos secuestran y queman vivo a un joven palestino.
El lanzamiento de cohetes de las milicias palestinas desde Gaza se intensifica.
Israel decide lanzar la operación Margen Protector el 8 de julio. Oficialmente dirigida contra casas e instalaciones de Hamás, la lluvia de bombas que se abate sobre la franja acaba, ya el primer día, con la vida de más de diez niños palestinos.
Las ongs presentes en el terreno denuncian la muerte de centenares de civiles y la destrucción de 20.000 casas, lo que deja a 100.000 personas sin techo una vez que han terminado las hostilidades.
Paralelamente a la ofensiva aérea, comienza la terrestre para destruir los túneles entre Gaza e Israel. Las treguas se decretan y se rompen a un ritmo frenético. El número de víctimas sigue aumentando a medida que pasan los días. Las críticas por el nivel de destrucción de la ofensiva del Tsahal se suceden a nivel internacional. Israel se ampara en las advertencias hechas a la población palestina sobre los objetivos bombardeados y acusa a Hamás de utilizar a la población civil como escudos humanos y de disparar sus cohetes desde zonas densamente pobladas.
Cuando a finales de agosto los soldados israelíes se van de la franja la situación humana es catastrófica, con más de 2100 palestinos muertos, más del 70% civiles. En el campo israelí hay 70 muertos, cinco de ellos, civiles.