Con el exitoso lanzamiento de su nuevo cohete pesado, Angará-A5, la agencia espacial rusa se coloca otra vez en una carrera que en los últimos años
Con el exitoso lanzamiento de su nuevo cohete pesado, Angará-A5, la agencia espacial rusa se coloca otra vez en una carrera que en los últimos años ha estado dominada por la NASA y por la Agencia Espacial Europea.
Esta nueva generación de cohetes, fabricados exclusivamente por empresas rusas, es capaz de poner en órbita cargas desde 1,5 toneladas hasta cohetes pesados con 35 toneladas de capacidad.
“Doy las gracias a todos los que han participado en este proyecto: ingenieros, diseñadores, militares… El trabajo se ha hecho con gran responsabilidad. Vuestro éxito ha enseñado que Rusia es uno de los líderes mundiales en investigación espacial”, decía el presidente ruso, Vladímir Putin.
Con esta nueva generación de cohetes, Moscú intenta reducir su dependencia del cosmódromo de Baikonur, en Kazajistán, y utilizar una tecnología más limpia, ya que están propulsados por una mezcla de queroseno y oxígeno líquido menos contaminante que sus predecesores, los cohetes Protón.