Los separatistas y las fuerzas de Kiev siguen convirtiendo el este de Ucrania en un hervidero mientras la diplomacia logra poco más que acusaciones
PUBLICIDADLos separatistas y las fuerzas de Kiev siguen convirtiendo el este de Ucrania en un hervidero mientras la diplomacia logra poco más que acusaciones cruzadas. En las últimas 24 horas son seis al menos los muertos en el Donbás, aunque las cifras varían dependiendo de las fuentes. Unos y otros luchan por conquistar posiciones y las milicias prorrusas han reanudado los ataques contra el puerto de Mariúpol.
El presidente ucraniano Petro Poroshenko ha subrayado la necesidad de volver a los acuerdos de Minsk: “Les prometo que tendremos una situación clara y estable en Ucrania si Rusia cumple el punto cuatro: cerrar la frontera y retirar todas las tropas extranjeras de mi territorio. Porque ahora, y los datos de nuestra inteligencia están confirmados por fuentes independientes, tenemos más de 9.000 tropas de la Federación Rusa en mi territorio.”
El ministro de Exteriores ruso Serguéi Lavrov ha asegurado que su país no quiere una nueva Guerra Fría y que occidente no seria capaz de aislar a Moscú. Además ha pedido evidencias: “Con respecto al flujo de tropas y armas, hemos oído hablar de eso muchas veces. Siempre digo que si se está diciendo con tanta certeza, muéstrennos los hechos. Nadie es capaz de proporcionarnos hechos o no quiere hacerlo, no lo sé.”
El único punto en el que parecen estar de acuerdo ambos contendientes es en la necesidad de volver al protocolo de Minsk. Mientras tanto, el conflicto que comenzó el pasado mes de abril tras la anexión rusa de Crimea se ha cobrado la vida de unas 4.800 personas.