En la ciudad cisjordana de Ramala, a unos 15 kilómetros de Jerusalén, los palestinos muestran desapego y desconfianza. En las calles de la capital de
PUBLICIDADEn la ciudad cisjordana de Ramala, a unos 15 kilómetros de Jerusalén, los palestinos muestran desapego y desconfianza. En las calles de la capital de la Autoridad Palestina las elecciones israelíes son vistas por algunos con abierta hostilidad.
En la calle, un joven, Alí Shala, asegura: “Todos ellos son partidos sionistas y compiten entre si por la confiscación de la tierra palestina, matando a los palestinos y controlando los santos lugares, Jerusalén incluída”.
En Gaza capital la distancia es completa. El último proceso de negociación directa entre israelíes y palestinos, patrocinado por Estados Unidos, descarriló hace casi un año. Desacuerdo total con respecto a los asentamientos judíos en Palestina, fronteras y seguridad.
El portavoz del movimiento palestino Hamás, que gobierna la Franja, Fawzi Barhoum habla de los partidos israelíes en liza: “Cualquier persona con buena voluntad, allí perdería. Hemos sido testigos de todos los partidos que han participado en la ocupación de Israel en los últimos años. Todos ellos han cometido crímenes de guerra, contra los palestinos y contra la humanidad.”
En las calles de Gaza más desesperanza ante cualquier resultado de las elecciones de Israel. Una joven, Ranin Al-Nawajha afirma: “Esperemos que haya un buen cambio hacia la paz y las negociaciones, pero no espero nada ni de un gobierno israelí ni de la nación israelí.
Durante la campaña electoral los cabeza de lista del grupo de centro izquierda Campo Sionista han expresado propósitos de reanudar el diálogo con los palestinos. En Palestina triunfa la incredulidad ante las declaraciones que vienen de Israel.