El copiloto de Germanwings estrelló el avión de forma deliberada

El copiloto de Germanwings estrelló el avión de forma deliberada
Por Euronews con EFE, AFP
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Andreas Lubitz, copiloto del Airbus A320 de Germanwings, se había encerrado voluntariamente en la cabina de pilotaje cuando el accidente.

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Andreas Lubitz, el copiloto de Germanwings del Airbus A320 estaba sólo en la cabina de pilotaje (cockpit). cuando el avión se estrelló encima de los Alpes franceses.La información ha sido confirmada nuevamente por Lufthansa (de la que Germanwings es la filial bajo coste) de forma oficial tras ser anunciada por el fiscal francés que se ocupa del caso.

Todos los indicios apuntan que el copiloto se encerró de forma voluntaria, bloqueando el acceso al cockpit.

Tras los atentados del 11 de septiembre en Etados Unidos se reforzaron las medidas de seguridad para acceder a la cabina de pilotaje, de forma que desde el interior se puede bloquear la puerta para hacer la cabina inaccesible.

Esta es la página facebook de Andreas Lubitz:

Desde los atentados de las Torres Gemelas para entrar en la cabina hay que llamar a un timbre. El comandante o el copiloto verifican gracias a una cámara
instalada fuera quién llama y sólo abren a quién deben.

Si se hacen varias llamadas y en la cabina no contestan al código de aviso, se puede introducir un código de emergencia y a los 30 segundos se abre la puerta automáticamente. Pero desde el interior de la cabina se puede bloquear ese código de forma que nadie puede abrir la puerta y acceder al ‘cockpit’”, y eso es lo que hizo, al parecer, el copiloto.

Los peores augurios se hacen realidad y todas las piezas del puzzle encajan ahora. No fueron, como se pensó desde el principio, las condiciones meteorológicas, ni tampoco ha hecho falta encontrar la segunda caja negra para descartar un fallo técnico del Airbus A-320. Ni siquiera se puede hablar de un fallo humano. La fiscalía de Marsella fue la primera en anunciar que el copiloto del avión pulsó el mando para hacer descender deliberadamente el avión de Germanwings que iba de Barcelona a Düsseldorf con 150 personas a bordo.

Eso explica ahora una de las mayores incógnitas sobre el accidente, el motivo por el que la torre de control nunca se pudo comunicar con la tripulación después de que comenzara el descenso.

La comunicación con la torre de control solo se produce desde la cabina y, aunque ya hay aviones que están incorporando internet con wifi para los pasajeros, a 30.000 o 35.000 pies de altura no funcionan las comunicaciones con teléfono móvil.

Según ha desvelado la caja negra, en los primeros 20 minutos, el copiloto mantuvo una conversación“normal y cortés” con el comandante, pero cuando se oye al comandante preparar el informe para el aterrizaje en Düsseldorf, el copiloto responde de forma “lacónica”. En ese momento, el comandante le pide al copiloto que tome el mando – presumiblemente para ir al aseo, cuando el avión se encuentra ya en fase de vuelo crucero – y se escucha el movimiento de uno de los asientos y una puerta que se cierra. Una vez que se queda solo, el copiloto acciona el sistema de descenso y ya no vuelve a hablar.

A su regreso, el piloto llama varias veces para pedir el acceso a la cabina, pero Andreas Lubitz permanece mudo y sigue bloqueado dentro del cockpit, ajeno incluso a los golpes del piloto contra la puerta blindada.

Los controladores aéreos del aeropuerto de Marsella tratan de contactar con él y lanzan un mensaje de socorro, pero
Lubitz permanece en silencio y solo se escucha una respiración “normal”, según el fiscal de Marsella Brice Robin, hasta el momento del impacto final. Lo que según Robin descarta la tesis de un paro cardiáco del copiloto o de un desvanecimiento..

Las víctimas no se dieron cuenta de lo que iba a suceder hasta el último momento, porque en la grabación no se escuchan gritos hasta poco antes del choque, según explicó Robin en rueda de prensa. El fiscal de Marsella ha insistido en que “no hay razón para sospechar de un ataque terrorista”. De nacionalidad alemana, Andreas Lubitz había nacido hace 28 años en la ciudad de Montabaur, en el land de Renania-Palatinado. Había sido formado en la escuela de Lufthansa en Bremen y Germanwings le contrató en septiembre de 2013. Tenía 630 horas de vuelo a sus espaldas. El patron de Lufthansa, Carsten Spohr, señaló en rueda de prensa que Lubitz que había empezado sur formación en 2008 la había interrumpido durante varios meses, pero se negó a explicar los motivos de esa interrupción. Andreas Lubitz vivía con sus padres aunque tenía un apartamento en Düsseldorf, base de la compañía Germanwings en Alemania. La gendarmería francesa esta llevando a cabo una investigación sobre el entorno del copiloto en colaboración con la policía y las autoridades alemanas.

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