En Siria prosigue la pugna entre grupos rebeldes rivales por el control de Yarmuk. Los combates continúan entre los yihadistas del grupo Estado
En Siria prosigue la pugna entre grupos rebeldes rivales por el control de Yarmuk.
Los combates continúan entre los yihadistas del grupo Estado Islámico y Aknaf Beit al Makdis, una facción palestina opuesta al régimen de Bachar al Asad, para hacerse con el campo de refugiados palestinos situado en el sur de Damasco. Aknaf Beit al Makdis habría recuperado la mayor parte de las zonas que el EI tomó este miércoles.
Para el autoproclamado Estado Islámico, Yarmuk representaría una captura crucial, ya que está a sólo seis kilómetros del centro de Damasco, centro neurálgico del poder de Bashar al Assad.
El campo de Yarmuk, donde vivían 160.000 palestinos antes de 2011, estaba en manos de insurgentes desde diciembre de 2012, y sitiado por el ejército sirio desde julio de 2013.
Los combates han deteriorado gravemente las condiciones de vida de los 18.000 habitantes que quedan.
La distribución de ayuda humanitaria en Yarmuk, que existe desde 1957, ha sido interrumpida en innumerables ocasiones, una vez prácticamente durante cuatro meses debido a los combates. En marzo se restableció el suministro.
Los rebeldes también han tomado Idleb, en el noroeste de Siria. Una alianza de bandas yihadistas suníes entre ellas el Frente al Nusra, Yund al Haq, el Ejército de la Sunna pero no el grupo Estado Islámico, han creado una administración interina en la ciudad. Con Idleb y Raqa, el feudo del grupo Estado Islámico, los insurgentes controlan ya dos provincias del noroeste de Siria.
El régimen de Damasco ha perdido también el control del último puesto fronterizo en sus manos. Se trata del paso de Nasib entre Siria y Jordania, una ruta fundamental de abastecimiento para Damasco.