La última obra del arquitecto italiano Renzo Piano es un rascacielos de 167 metros de altura, que acaba de ser inaugurado en Turín. Mide un metro
La última obra del arquitecto italiano Renzo Piano es un rascacielos de 167 metros de altura, que acaba de ser inaugurado en Turín. Mide un metro menos que la Mole Antonelliana, un gesto de respeto hacia el símbolo de la capital piamontesa.
De sus 44 pisos, 27 los ocupan las oficinas del grupo bancario Intesa San Paolo, varias de las primeras y las últimas plantas serán accesibles al público.
El arquitecto quiere que el rascacielos “dialogue con la ciudad”.
“El edificio debe entrar en los ritos cotidianos, debe ser adoptado y querido por los ciudadanos. Por eso, las últimas 3 plantas están abiertas a todo el mundo”, ha dicho Piano.
El nuevo rascacielos de Piano es uno de los más sostenibles del mundo. Su energía procede de fuentes hidroeléctricas y de 1.600 metros cuadrados de paneles fotovoltaicos.
A su cima se llega en 30 segundos, en ascensor. Allí se puede disfrutar de un jardín bioclimático, un restaurante, una cafetería, una sala polivalente y unas impresionantes vistas de Turín.
Piano, ganador del premio Pritzker, el máximo galardón para un arquitecto, ha contruido famosos edificios como The Shard, en Londres, o el Centro Georges Pompidou, de París.