En las calles de la capital, Saná, los vecinos aprovechan los intervalos entre bombardeos para recuperar su ritmo diario. Los días previos a la
PUBLICIDADEn las calles de la capital, Saná, los vecinos aprovechan los intervalos entre bombardeos para recuperar su ritmo diario.
Los días previos a la tregua han sido los mas sangrientos desde el comienzo de la guerra. En las calles de Saná no hay esperanza, solo urgentes necesidades humanitarias por satisfacer.
Así lo explica Noran Hussein: “¿De qué tregua me habla? ¿Cuánto tiempo va a durar? ¿Qué puede tirarla abajo? ¿Y después de la tregua? ¿Cómo vamos a vivir después de la tregua? Antes de la tregua estábamos por los suelos así que ¿cómo vamos a estar cuando acabe?
Otro vecino de Saná, Abdulá al Dueis, denuncia la situación en la que se encuentra la población: “Todos pedimos una tregua. Necesitamos combustible y harina. Necesitamos ayuda, necesitamos de todo ahora mismo. La gente se está muriendo de hambre.”
Pocas horas antes de la entrada en vigor de la tregua pactada entre Arabia Saudí y los hutíes, la aviación saudí mató en Saná a setenta personas en un solo bombardeo.
La ONU ha llamado a respetar el alto el fuego. Advierte que los cinco días marcados pueden ser insuficiente para abastecer las principales ciudades y atender a los heridos.
Irán, aliado de los rebeldes hutíes, ha enviado un buque de guerra para entregar 2.500 toneladas de ayuda humanitaria al país.
Washington advirtió a Teherán que no acceda al terrotorio yemení sino que entregue la mercancía en el centro logístico establecido en Yibuti.
El enviado de la ONU, Ismail Ould Cheikh Ahmed, ya está sobre el terreno para tratar de sentar a los dos bandos en la misma mesa.