Rusia insiste en despejar las dudas sobre la celebración del Mundial 2018 en su territorio tras la dimisión del hasta ahora presidente de la
PUBLICIDADRusia insiste en despejar las dudas sobre la celebración del Mundial 2018 en su territorio tras la dimisión del hasta ahora presidente de la FIFA, Joseph Blatter, aunque el de Catar parece en la cuerda floja.
Varias amenazas planean sobre ambas citas, cuya atribución en 2010 sorprendió y desató la polémica desde el principio.
Hay una investigación interna, que reveló “comportamientos dudosos”. Por otro lado, la justicia estadounidense y la suiza llevan a cabo sus propias investigaciones.
“En el último congreso, se informó sobre cómo iban los preparativos y no hubo una sola pregunta. Todo el mundo confía y apoya plenamente a Rusia. Hoy no veo ningún tipo de amenaza”, ha declarado Vitaly Mutko, ministro ruso de Deportes.
El hecho de que sólo falten tres años para Rusia 2018 podría ser un plazo demasiado corto para buscar una nueva sede.
En cuanto a Catar, las presiones para que se designe una nueva sede se han multiplicado tras la renuncia de Blatter. La Federación Catarí de Fútbol se defiende y asegura que no tiene nada que esconder sobre las condiciones de atribución del Mundial 2022.
Las dudas de los inversores han llevado a la bolsa de Catar a desplomarse hasta un 3,2%, el mínimo en las últimas seis semanas.