La reforma de las pensiones helenas ha sido el principal factor para que las negociaciones entre los acreedores y Grecia descarrilaran el fin de
PUBLICIDADLa reforma de las pensiones helenas ha sido el principal factor para que las negociaciones entre los acreedores y Grecia descarrilaran el fin de semana en Bruselas. El Gobierno griego ha dicho tajantemente que no va a recortar el equivalente a un 1% del PIB las pensiones como pide la línea dura del FMI. La Comisión ha especificado que esto no se tiene que traducir en recorte de pensiones individuales.
“Es una enorme tergiversación decir que la Comisión pide recortes específicos en pensiones inviduales. Sí, las pensiones son uno de los mayores gastos de Grecia y el sistema es uno de los más caros de la UE. Y por lo tanto una reforma del sistema de pensiones es una parte de las exigencias”, ha dicho Annika Breidthardt, portavoz de la CE.
Conforme se acerca el momento de la expiración del programa de rescate, se habla cada vez más de un posible impago de Grecia. Mario Draghi ha avisado de que las consecuencias de esto no se pueden prever: “Entraremos en territorio inexplorado. En el que, podemos decir, tenemos las herramientas para manejar el asunto de la mejor manera posible. Ahora todos los actores tienen que avanzar, y la pelota está en el campo griego, que debe dar pasos necesarios”.
Ambos lados esperan ahora conseguir que el otro dé su brazo a torcer como explica nuestra corresponsal Efi Koutsokosta: “La Comisión dice estar preparada para otra ronda de negociaciones si Grecia trae una nueva propuesta. Las fuentes de la UE podrían dar margen de maniobra, por ejemplo, cambiando cortes en las pensiones por recortes en defensa, ya que Grecia es, de los países de la OTAN, el segundo país que más gasta en relación al PIB”.