En Ginebra, hay pocas esperanzas de que las negociaciones de paz sobre el conflicto yemení lleguen a buen puerto. La delegación de los rebeldes
PUBLICIDADEn Ginebra, hay pocas esperanzas de que las negociaciones de paz sobre el conflicto yemení lleguen a buen puerto.
La delegación de los rebeldes hutíes, que controlan gran parte del país, ha llegado a la cita con un día de retraso, acusando a Arabia Saudí de querer torpedear las negociaciones intentando impedir su venida.
“Las expectativas para estas reuniones no son grandes. En este punto, Arabia Saudí parece decidida a continuar con esta guerra y con su agresión sobre el Yemen. Y no hay señales de que tenga intención de detener esta agresión”, ha declarado el representante de la delegación hutí, Seif al Washli.
El jefe de la diplomacia yemení ha descartado un alto el fuego. El Gobierno de Hadi sólo accedería si los hutíes se retiraran de los pueblos y ciudades que controlan, incluida la capital, Saná. Condición que es poco probable que acepten los hutíes.
“No somos optimistas, porque los hutíes siempre se niegan a ser razonables, e incluso cuando están de acuerdo en algo siempre lo rechazan”, ha dicho el ministro yemení de Exteriores, Riad Yassin.
Las posiciones están tan alejadas que, de momento, cada delegación realiza consultas separadamente.
La ONU, que auspicia las conversaciones, desea lograr al menos una tregua humanitaria de dos semanas, que alivie la difícil situación de los yemeníes.