Un niño taiwanés de 12 años vivió una pesadilla el pasado fin de semana, cuando al visitar un museo tropezó sobre una pintura de más de 300 años de
Un niño taiwanés de 12 años vivió una pesadilla el pasado fin de semana, cuando al visitar un museo tropezó sobre una pintura de más de 300 años de antigüedad.
El tropiezo, captado por las cámaras del museo de Huashan Creative Park en Tapei, se convirtió en un desastre, cuando para frenar la caída , el chico puso ambas manos en la obra Flores del maestro italiano Paolo Porpora. La lata de refresco que llevaba en una mano rasgó el lienzo.
“Este cuadro tiene entre 300 a 400 años. Es muy frágil. Cuando empezamos a trabajar en la restauración de la pintura, la prioridad era fortalecer su estructura no retocar la pintura en la zona dañada”, explica el restaurador Tsa Shun-Jen.
El lienzo, de casi 2 metros de altura y una valor estimado superior al millón de euros, había sido cedido al museo de forma temporal. El seguro de la compañía organizadora correrá a cargo con los costes de la reparación, que aún no se ha podido calcular.
Imagen de los restauradores
Según el diario británico The Guardian, el deterioro accidental de obras de arte no es algo inusual. En 2006, en el Fitzwilliam Museum de Cambridge, un visitante perdió el equilibrio en lo alto de una escalera y terminó dando con su cuerpo sobre tres jarrones chinos del fines del siglo XVII y comienzos del XVIII, que quedaron literalmente destrozados. Y, en 2010, una mujer cayó en un Picasso expuesto en el Metropolitan de Nueva York del arte, dañando la pintura con una lágrima 15cm.