Entre ellos hay niños y mujeres, algunas embarazadas. Acampan a las puertas de la estación Keleti a la espera de que las autoridades les dejen coger
Entre ellos hay niños y mujeres, algunas embarazadas. Acampan a las puertas de la estación Keleti a la espera de que las autoridades les dejen coger el tren con destino a Alemania.
El Gobierno húngaro defiende su prohibición aduciendo que es su compromiso con el espacio Schengen, de libre circulación, y que se necesita un permiso.
“El Gobierno no nos dio nada, pero los húngaros sí. Nos han tratado muy bien”, decía una refugiada siria.
El primer ministro, Viktor Orbán, mantendrá este jueves una reunión sobre este tema con el presidente de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker.
“Los inmigrantes en la estación de Keleti no deberían estar allí. Tras el procedimiento de registro que se hace en la frontera se les asigna refugios temporales y campamentos en los que deben permanecer hasta que su caso sea examinado. No cumplen con esto y un billete de tren no sobrescribe la ley europea”, decía el portavoz del Gobierno, Zoltán Kovács
Este miércoles por la tarde cientos de refugiados protestaron ante la estación con gritos de “Libertad, libertad”. No hubo violencia, pero la tensión acumulada tras semanas de un duro viaje y días de espera se sentía en el ambiente.
La estación Keleti se ha convertido en los últimos días en el símbolo de la crisis migratoria en Europa.
Algunos fueron detenidos tras la protesta y otros llevados por la policía a los campamentos temporales que ha habilitado Hungría para los que se encuentran a la espera de los documentos para poder salir del país.
Hungría es la puerta de entrada al espacio Schengen para los que llegan a través de los Balcanes.