El primer ministro galo ha defendido, este martes, delante de las dos cámaras del Parlamento un posible apoyo a una coalición de países en la región
PUBLICIDADEl primer ministro galo ha defendido, este martes, delante de las dos cámaras del Parlamento un posible apoyo a una coalición de países en la región, excluyendo el envío de soldados sobre el terreno. A falta de ello, Valls ha anunciado el inicio de bombardeos puntuales “necesarios”, según juzgó el presidente Hollande la semana pasada.
Manuel Valls ha dejado claro que esos ataques serán en “legítima defensa” ya que el terrorismo islamista supone “una amenaza” para la seguridad del Estado. Según cifras gubernamentales, unos 1 880 franceses están implicados en redes yihadistas. 441 se encuentran, actualmente, en Siria e Irak, donde han muerto 133 personas de nacionalidad francesa.
El jefe del Gobierno dijo que “elegirán los objetivos a atacar” y que las maniobras durarán “el tiempo que haga falta”. Valls añadió que las operaciones aéreas de Francia en territorio sirio, en ningún caso, supondrán un apoyo a la barbarie de Bachar Al Asad.”
El ministro de Defensa galo ha alertado, este martes, de la progresión del grupo Estado Islámico en los alrededores de Alepo. Según fuentes gubernamentales, el grupo terrorista controla “un 30%” del territorio siria.
Francia se apoya para esta misión en Siria en la logística desplegada en septiembre de 2014 en el marco de la operación Chammal en Irak.
Los límites de la estrategia “todo menos Bachar”
Los vuelos de reconocimiento y los bombardeos en solitario no serán suficientes, según el exprimer ministro galo, François Fillon, que en una carta dirigida al presidente Hollande propone otra estrategia militar y diplomática en Siria.
Fillon considera que Francia actúa al margen de la realidad geopolítica tildando de “inepta” la doctrina francesa actual: “hay rusos, estadounidenses, saudíes e iraníes. Hay que discutir con todos aquellos que tienen una influencia sobre las fuerzas que actúan en el terreno y erigir una verdadera coalición internacional”, aseguraba Fillon que acusa al Gobierno de Hollande de “apoyar una transición conducida por una coalición nacional siria que, supuestamente ,representa a la oposición moderada. Una oposición en el exilio, virtual, y sin verdaderas conexiones en Siria, superada por las conquistas de los yihadistas sobre el terreno.”
Según Fillón, “el todo menos Bachar” no basta para mantener la línea diplomática actual: “cuando se pone como condición la marcha de Al Asad, se bloquea toda discusión posible sobre una verdadera transición política en Siria.”
Se alzan voces sobre las verdaderas causas de la crisis de los refugiados
Fillon recuerda a Hollande el deber de Francia en materia de asilo político. “En las puertas de Notre-Dame de París penden anillos de hierro, una vez llamados, los anillos del derecho de asilo”. “Pero, al lado de nuestra generosidad, tengamos la inteligencia de ver en esos exiliados los actores de un cambio en su propio país.”
El exprimer ministro conservador, miembro del partido político francés de centroderecha, Los Republicanos, del que es presidente Nicolás Sarkozy, no se atreve a ir más lejos en las causas de la actual crisis de refugiados que algunos intelectuales franceses achacan, en parte, a la intervención del expresidente Sarkozy en Libia.
Es el caso del filósofo, Michel Onfray, una de las pocas voces en Francia que osan salir del discurso dominante. En la mayoría de las cadenas de televisión francesas se evita contextualizar la crisis de los refugiados y exponer una visión más amplia de las consecuencias de las intervenciones militares occidentales en Afganistán, Oriente Medio y el norte de África.
Onfray estima que estas intervenciones han generado una anarquía que ha terminado por desestabilizar a esas regiones provocando un éxodo de refugiados sin precedentes.
Onfray critica el pseudo derecho a la “injerencia” porque tiene una “geometría variable”. “Cuando países como Francia o Estados Unidos intervienen bajo una cobertura legal lo hacen porque tienen otros intereses.”
El filósofo francés lo exponía así en una emisión de la cadena BFM la semana pasada: