A pesar de que el ultimátum del Ejército ha concluido, continúan las negociaciones para que los golpistas depongan las armas en Burkina Faso. La
A pesar de que el ultimátum del Ejército ha concluido, continúan las negociaciones para que los golpistas depongan las armas en Burkina Faso.
La tensión sigue sobrevolando la capital del país, Ouagadugú. El general que dirigió el golpe de Estado contra el Gobierno en transición, Gilbert Dienderé, ha asegurado que estaba dispuesto a “encontrar una solución con sus hermanos de armas para evitar el enfrentamiento”.
En un gesto de buena voluntad, los golpistas han liberado al primer ministro Isaac Zida y han dicho que se someterán a lo que digan los mediadores de la Comunidad Económica de los Estados de África Occidental.
La transición que propone la CEDEAO contempla la vuelta del Gobierno interino, el regreso a la batalla electoral de los seguidores del presidente depuesto el año pasado, Blaise Compaoré, y la amnistía de los militares golpistas.
Esta última parte del acuerdo no ha gustado a algunos ciudadanos de Burkina Faso que, tras conocerse el pacto, se manifestaron en las calles de la capital.