Irán tiene una política sobre la sexualidad en el mejor de los casos curiosa en el peor esquizofrénica. La homosexualidad, aplicando estrictamente la
Irán tiene una política sobre la sexualidad en el mejor de los casos curiosa en el peor esquizofrénica.
La homosexualidad, aplicando estrictamente la letra del Corán, está penada con la muerte. Pero el cambio de sexo es totalmente legal, el Estado lo financia y es perfectamente normal cambiar el documento de identidad.
Para Tarane Aram la decisión estaba clara tras darse cuenta de que era una mujer en el cuerpo de un hombre: “Ya no era más Amir. Y me di cuenta de qué iba my sueño… me di cuenta de qué tenía que hacer”.
La ‘tolerancia’ ante el cambio de sexo proviene ya de los primeros tiempos de la revolución, con la fatua del ayatolá Jomeini. Una decisión que muchos clérigos apoyan.
Es el caso del gran ayatolá Yousef Saanei: “En el islam hay un principio que dice que todo está permitido a menos que haya argumentos poderosos en contra o la ley lo prohíba”.
Aunque aún hay una barrera a superar: el estigma. A pesar de la permisividad legal muchas familias no aceptan que sus hijos pasen por este proceso. Tarane Aram lo vivió en primera persona: “Nunca he sentido remordimientos, pero sin el apoyo de mis amigos no habría superado el primer año. Mi madre me llamó una vez al hospital, para saber si me había despertado de la anestesia, nada más”.