El papa Francisco ofició una misa para cerrar un histórico encuentro de obispos que, por un solo voto, aprobaron una importante nueva directriz que da la bienvenida a la iglesia a católicos divorciados y casados por trámite civil.
En su homilía del domingo en la basílica de San Pedro, el Sumo Pontífice hizo un llamamiento por una Iglesia con el corazón más abierto, más compasiva y arraigada en las vidas de las personas, y que no sea una institución árida que teme los cambios y retos.