Las cajas negras no indican que el avión siniestrado en el Sinaí fuera derribado desde el exterior

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Las causas del siniestro aéreo en la península del Sinaí siguen siendo una incógnita. Uno de los expertos que ha participado en los análisis preliminares de las cajas negras asegura que la hipótesis de que el aparato fuera derribado desde fuera no se sostiene, pese a que la aerolínea rusa que operaba el vuelo insiste en que sólo un factor externo pudo partir el fuselaje en dos.

“Es la única explicación posible”, decía el director de Kogalymavia, Alexander Smirnov, en rueda de prensa, “que el avión recibiera un impacto de naturaleza mecánica o física”.

Aunque aún queda mucha información por descifrar, tampoco parece probable que el siniestro fuera provocado por una maniobra incorrecta del piloto. Ni que el avión estuviera en malas condiciones a la hora de despegar, ya que había pasado satisfactoriamente todas las revisiones que exige la ley. El gobierno ruso no sabe a qué atenerse.

“En este tipo de tragedias”, decía el presidente Putin a los familiares de las víctimas, “es muy importante el apoyo de los seres queridos y sentir el respaldo de toda la nación. Es una pérdida terrible. Pero estoy seguro de que antes o después descubriremos lo que ha ocurrido. Las incógnitas se irán despejando”, concluía el jefe del Kremlin.

Entre tanto, los cadáveres de las 224 víctimas fallecidas el sábado han comenzado a llegar a San Petersburgo, donde se llevarán a cabo las labores de identificación mediante pruebas de ADN, una tarea que podría durar semanas.