La presencia militar turca incomoda cada vez más al Gobierno iraquí, que ha anunciado que va a denunciar ante la ONU lo que considera que es una
La presencia militar turca incomoda cada vez más al Gobierno iraquí, que ha anunciado que va a denunciar ante la ONU lo que considera que es una violación de su soberanía territorial. La reunión que han mantenido este viernes el ministro de Defensa iraquí y representantes del Gobierno turco no ha logrado rebajar una tensión que algunos atizan desde las mezquitas.
El gran ayatolá Alí al-Sistani, el más influyente de los clérigos chiíes en Irak, ha difundido un mensaje en el que pide a Bagdad una “tolerancia cero” frente a cualquier violación de la soberanía del país.
En respuesta, el presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, ha reiterado que descarta por completo retirar sus tropas de una campamento situado a una veintena de kilómetros de Mosul. Su misión oficial es proteger a los militares turcos que instruyen a unos mil voluntarios iraquíes que participarán en el asalto a la ciudad, capital de una región rica en petróleo y que está en manos del Dáesh desde hace año y medio.
En Ankara relacionan la crisis con las tensiones sectarias, entre chiíes y suníes, en el seno del Gobierno iraquí y con la influencia de Irán.