La ONU acusa al Gobierno de al Asad de "exterminación de detenidos como resultado de la política de Estado"

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Por Consuelo Maldonado
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“Todas las partes de conflicto sirio han cometido crímenes de guerra”, la Comisión de la ONU sobre Siria ha presentado las acusaciones sobre la

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“Todas las partes de conflicto sirio han cometido crímenes de guerra”, la Comisión de la ONU sobre Siria ha presentado las acusaciones sobre la muerte de detenidos en prisiones sirias.

Los investigadores acusan al Gobierno de al Asad de exterminación de detenidos como resultado de la política de Estado y de asesinato de masas por parte del grupo Estado Islámico y diferentes grupos opositores.

Paulo Pinheiro, director de la Comisión de la ONU para la investigación sobre las violaciones de los derechos humanos en Siria, ha dicho que “aquellos que han cometido crímenes de guerra y crímenes contra la humanidad deben rendir cuentas.
Debemos recordar a todos aquellos implicados que allí donde tengamos pruebas de esos crímenes contra la humanidad, la amnistía no está permitida.”

Sin embargo, “actualmente la impunidad es total”, según ha dicho Carla del Ponte, integrante de la Comisión, “una impunidad que es el resultado de la falta de voluntad política”. La antigua fiscal general de Suiza ha recordado que “mientras el veto impida una unanimidad en el Consejo de Seguridad, la justicia internacional no podrá hacer su trabajo.”

Un resumen del resultado de las investigaciones finalizado el 3 de febrero ha sido publicado, este lunes, en Ginebra, a la espera de uno más detallado que será presentado el 22 de febrero ante el Consejo de Seguridad de la ONU.

La fecha investigada va desde marzo de 2011 hasta el 30 de noviembre de 2015. Las acusaciones se basan en una cantidad considerable de material documental (fotografías, vídeos, mapas, etc) y de 621 entrevistas realizadas: 200 son antiguos prisioneros testigos de la muerte de sus compañeros de celda, otros testimonios reposan sobre la información aportada por familiares de desaparecidos que fueron informados por las fuerzas de seguridad de su muerte en prisión. En menor cantidad, testimonios de funcionarios de prisiones que, también, han corroborado la existencia de los centros de detención y los sucesos que allí tuvieron lugar.

El Gobierno sirio, “sin rastro: desapariciones forzadas”

Este es el título de informe de la ONU que detalla el sistema estatal bajo el cual se cometieron crímenes de guerra y crímenes de contra la humanidad. El punto 40 explica cómo las múltiples agencias gubernamentales trabajaron de manera coordinada para establecer un sistema de documentación sobre las actividades de los centros de detención. Las unidades armadas y las agencias de seguridad conducían los arrestos, los interrogatorios y las transferencias a los centros de detención y hospitales militares.

La Policía Militar y las instituciones judiciales, dice el informe, han jugado un papel esencial en este engranaje que otorgaba a la Policía Militar el rol de registrar las muertes en los centros de detención e informar a los familiares de los prisioneros fallecidos. Los hospitales (el informe cita el Hospital Militar de Tishreen) libraban un certificado de defunción a los familiares cuyo contenido se ciñe a dar el nombre de la víctima, la fecha de nacimiento y muerte así como las “supuestas” causas del fallecimiento.

En el punto 49, el informe explica cómo las cuatro agencias de inteligencia cooperaron en este aparato represor. Sus atribuciones fueron definidas por la ley antiterrorista promulgada en julio de 2012 por el Gobierno de al Asad.

Estos son los principales centros de detención documentados y controlados por las cuatro agencias de inteligencia: el Directorio Militar de Inteligencia (Branch 215, compañía de redadas, el 227, en la región de Damasco, y la Branch 235, centro Palestina), el Directorio de las Fuerzas Aéreas Armadas (Branch del aeropuerto militar de Mezzeh), el Directorio General de Inteligencia (Branch 251, en la calle Khatib) y el Directorio de la Polícia de Seguridad, todos con sede en Damasco y compuestos por varios departamentos distribuidos por todo el país. Entre todos han gestionado la custodia de miles de detenidos.

Según testimonios de exdetenidos en el centro 227 localizado en el barrio de Mezzeh, allí fueron confinados varios miles de reos (a este centro fueron a parar muchos de los civiles arrestados durante manifestaciones antigubernamentales en 2011 y 2012). Muchos murieron bajo la tortura o como resultado de las infecciones debido a la falta de higiene, agua potable y alimentos.

El informe asegura que las mayores redadas que condujeron a arrestos masivos tuvieron lugar en áreas capturadas por las fuerzas del Gobierno tras el alto el fuego decretado en Assal Al-Ward en abril de 2014, en la ciudad de Homs, en mayo de 2014 y tras la toma de Yabroud, en marzo de ese mismo año.

La mayoría de los casos de detenciones documentadas se encuentran localizadas en la zona de Damasco. El hospital militar de Mezzeh 601 y el de Tishreen cerca de barrio de Barzah Al-Balad son los más significativos. Allí, muchos prisioneros fueron torturados por el propio personal médico, otros muchos murieron por la falta de tratamiento médico. En el apartado 56, se recogen testimonios de exdetenidos del centro 285 en Kafr Sousaa, al oeste de Damasco.

El punto número 22 especifica que aunque la mayoría de los detenidos son hombres, también, hay casos de víctimas menores de edad. Es el caso de un niño de 7 años que murió en detención tras ser arrestado durante una protesta en Sayda en abril de 2011. Su cuerpo mutilado fue restituido a la familia en mayo de 2011.

Los crímenes achacados a los grupos armados están mucho menos documentados

Los investigadores advierten que la falta de documentación relativa a los crímenes cometidos por los grupos armados opositores se debe a la imposibilidad de seguir el rastro de centenares de grupo en constante movimiento que se disuelven y vuelven a surgir sin que se hayan podido recabar suficientes testimonios de supervivientes que puedan identificarlos claramente.

El informe se centra, principalmente, en los centros de detención de Alepo, Homs e Idlib, sin especificar el nombre de los grupos que los erigieron. Sí se hace eco de las descripciones dadas por varios combatientes sobre las torturas y ejecuciones que tuvieron lugar. Las víctimas fueron, principalmente, soldados de las fuerzas del Gobierno y civiles.

El documento habla de varias tomas de rehenes, entre ellas, la que tuvo lugar en Latakia en agosto de 2013. En ella, una parte de los 120 civiles capturados por grupos antiguberamentales fueron liberados. Los supervivientes informaron de la muerte de varios rehenes a causa de las heridas, sin que especifiquen cómo fueron cometidas.

Entre los pocos grupos armados que el informe identifica, hay varios puntos dedicados al Frente al Nusra. El apartado 70 menciona el centro de detención de Harim en Idlib donde varios muertes han sido documentadas. La mayor parte de los detenidos procedían de la localidad de Ishtabraq. Según varios testimonios, dos mujeres y varios niños fueron separados de los hombres que fueron torturados por miembros del Frente al Nusra. Antiguos detenidos aseguran que fueron testigos de la tortura de varios soldados sirios que, luego, fueron ejecutados.

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El apartado 72 describe cómo funcionaban los tribunales islámicos en Homs, Idlib y en Derá presididos por el Frente al Nusra. Este grupo se alió con otras facciones para llevar a cabo ejecuciones de masas. Menciona, por ejemplo, la captura de la base de Abu al-Douhour en Idlib en julio de 2015. Unos 70 soldados fueron ejecutados, hay documentos gráficos que así lo atestiguan.

El Frente al Nusra, también, ejecutó a menores, como es el caso de dos niños chiíes capturados el 25 de junio de 2013 en los enclaves de Nubul y Zahra cerca de Alepo ( zona liberada la semana pasada por las fuerzas de al Asad tras tres años de asedio)

Dáesh, casi ausente del informe

Según los investigadores, el grupo Estado Islámico ha establecido varios centros de deteción en Raqqa, Dayr Az-Zawr y Alepo. Según el testimonio de varios periodistas, activistas y civiles, en esos centros se cometieron actos de tortura. La dificultad de acceder a las zonas controladas por Dáesh, dice el informe, hace casi imposible la investigación.

Un episodio documentado tuvo lugar cerca de Jarablus entre 2014 y 2015. Varios exdetenidos describen actos de tortura sobre civiles en esos centros. Otro hecho documentado tuvo lugar en 2013 en el hospital de Qadi Askar en Alepo, convertido en una base del grupo Estado Islámico.

El informe se hace eco, también, de la relación entre Dáesh y la Liga al-Tawid que derivó en un enfrentamiento posterior entre ambos grupos. Un superviviente relata cómo los militantes de Dáesh mataron a unos 50 detenidos tras abandonar las instalaciones.

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El grupo Estado Islámico perpetró numerosas masacres contra soldados sirios, es el caso de la toma de la base de Tabqa en Raqqa con 200 soldados dentro. El 23 de agosto de 2014, fueron conducidos en fila india a una zona desértica y fueron ejecutados.

El informe se hace eco del tráfico de rehenes entre los diferentes grupos armados. Por ejemplo, un soldado gubernamental fue identificado en un video propagandístico de Dáesh en el que decapita a varios soldados. Éstos fueron capturados en un primer momento por el grupo Jabhat al-Islam en junio de 2014, la familia no pagó el rescate exigido y, luego, fueron informados de que su hijo fue entregado a yihadistas del Grupo Estado Islámico.

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