El Reino Unido introduce una tasa para las bebidas azucaradas no alcohólicas, como ya ocurre en otros países europeos, que genera fuertes protestas
PUBLICIDADEl Reino Unido introduce una tasa para las bebidas azucaradas no alcohólicas, como ya ocurre en otros países europeos, que genera fuertes protestas del sector en el país. En el proyecto de presupuestos anuales presentado el miércoles por el Gobierno, el Ejecutivo británico justifica esta medida que se aplicará dentro de dos años para luchar contra la obesidad infantil. El objetivo es recaudar setecientos millones de euros, que se destinarán al deporte en las escuelas.
“Las tasas estarán basadas en el volumen de azúcar de las bebidas”, detalló ante los parlamentarios el ministro de Economía, George Osborne. “Habrá dos tipos: una para las que contengan más de cinco gramos por cien mililitros; y una segunda más alta para las más azucaradas, con más de ocho gramos”.
La decisión ha recibido las críticas de las asociaciones de fabricantes de estas bebidas. E incluso de grandes compañías, como la filial de Coca-Cola en el Reino Unido. Según ellos, ya aceptaron una reducción del veinte por ciento de calorías de aquí a 2020.
“Es un castigo que solo se taxe esta categoría, cuando el número de calorías también está aumentado en pasteles, galletas y caramelos”, se queja el director de la asociación británica de refrescos, Gavin Partington.
De este nuevo impuesto, solo se libran los zumos de fruta y las bebidas de origen láctero, así como los productores más pequeños. La tasa será aproximadamente de un diez por ciento. En Francia, por ejemplo, desde 2012 se aplica un céntimo por bebida. Pero el Reino Unido es uno de los países con peor comportamiento en Europa en consumo de azúcar: el veintiocho por ciento de los niños de entre dos y quince años sufren de sobrepeso. Algo que se eleva al sesenta en el caso de los adultos.