El secuestrador, un egipcio de 50 años, fingió tener un chaleco bomba. No era tal. Sus reivindicaciones: entregar una carta a su ex-mujer- que vive en Larnaca- un encuentro con respresentante europeos
De vuelta al Cairo sanos y salvos. Los pasajeros del vuelo 181 estaban anoche más que felices de poder, finalmente, tocar tierra en la capital egipcia. El avión en el que hacían la ruta Alejandría- El Cairo fue desviado el martes por un hombre que decía tener un chaleco explosivo y que obligó al aparato a aterrizar en Larnaca, Chipre. Al final todo quedó en un susto. El secuestro tuvo una motivación personal, no terrorista.
“ Gracias a Dios que todos estamos bien. Se terminó. Gracias a Dios”, decía el capitán anoche al llegar a El Caro.
El secuestrador, un egipcio de 50 años, fingió tener un chaleco bomba. No era tal. Sus reivindicaciones: entregar una carta a su ex-mujer- que vive en Larnaca- un encuentro con respresentante europeos y la liberación de presos en Egipto. Tras 7 horas de tensión fue detenido.
El ministerio del Interior egipcio ha mostrado estas imágenes en el arco de seguridad en Alejandría para justificar que el secuestrador fue controlado. La seguridad se ha reforzado en los aeropuertos egipcios desde la explosión de un avión en el Sinaí hace 5 meses.