“Turquía, no”. Es una de las exclamaciones de estos migrantes, tras el vallado del campo de refugiados de Moria, en la isla griega de Lesbos
PUBLICIDAD“Turquía, no”. Es una de las exclamaciones de estos migrantes, tras el vallado del campo de refugiados de Moria, en la isla griega de Lesbos, mientras esperan a ser devueltos a territorio turco contra su voluntad. Otros de los cerca de 2.800 que se encuentran aquí no saben qué les deparará el futuro. Sin embargo, todos se expresaban de la misma forma ante los periodistas:
“Turquía es peligroso para nosotros, no queremos volver. Queremos permanecer en Europa”, dice un migrante. Una refugiada siria dice, por su parte, que “no puedo ir a Turquía, no puedo ir. La situación allí es muy difícil.. No hay ayuda, no hay nada. Turquía recibe el dinero de Europa, de algunos países, pero no da nada a los sirios”.
Según la agencia griega de noticias, las primeras deportaciones tras el comienzo de la aplicación del acuerdo entre la Unión Europea y Ankara serán las de 750 migrantes entre este lunes y el miércoles.
“Debemos asegurarnos de que estas personas reciben un seguimiento de sus necesidades antes de que se lleve a cabo cualquier retorno. Estamos muy preocupados, solicitamos urgentemente a Grecia y Turquía que pongan en marcha estas medidas de seguridad, ya que aún vemos deficiencias y lagunas en ambos países”, expresa el portavoz del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR), Boris Cheshirkov.
En las últimas horas han llegado a las islas griegas medio millar de migrantes, más de 360 de ellos solo a Lesbos, por lo que el número de personas en los centros de detención supera las 6.100.
Apostolos Staikos, euronews:
“Para decenas de miles de refugiados y migrantes, Lesbos fue la “Isla de la Esperanza” al ser su primera parada en Europa. Pero muchos de ellos, que ahora viven en el campamento de Moria, tendrán que volver a Turquía, un país en el que no quieren vivir y no saben a qué atenerse”.