España y Francia han abierto una guerra por el vino, que ya ha alcanzado a las cancillerías y llegado a los despachos de la Comisión Europea. El
PUBLICIDADEspaña y Francia han abierto una guerra por el vino, que ya ha alcanzado a las cancillerías y llegado a los despachos de la Comisión Europea. El pasado lunes, un grupo de vinicultores franceses bloqueó y derramó el vino de cinco camiones cisterna españoles que lo trasportaban desde una cooperativa de Toledo. Los hechos sucedieron en el peaje de Le Boulou (El Voló), el primero una vez atravesada la frontera por Cataluña.
“El año 2015, se importaron un total de 7,2 millones de hectolitros de vino en Francia”, justifica uno de los participantes en la acción. “Y no lo aceptamos porque sospechamos que hay un fraude en ello”.
El ministerio de Exteriores español convocó el miércoles al embajador francés en Madrid, Yves Saint-Geours, para quejarse de que la gendarmería fue totalmente pasiva ante este ataque.
“Lo más importante es que se ha presentado y abierto un expediente en la Comisión (Europea) contra la República francesa por los atentados que están sufriendo los camiones españoles”, manifestó el ministro español José Manuel García-Margallo. “Situación que es absolutamente intolerable entre dos países que son socios y amigos”.
La razón por la cual hay una importación tan importante de vino de mesa a Francia es porque los precios son muy diferentes. En España, un hectolitro de este vino cuesta entre treinta y cuarenta euros, mientras que en Francia aumenta a entre setenta y ochenta. Y, por ello, el vino de mesa español ya representa más del ochenta por ciento de las importaciones. El del lunes es el que más ha trascendido, pero desde principios de año ya se habían producido otros dos ataques en la frontera.