Houston encabeza la acogida de refugiados en Estados Unidos

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Por Valerie Zabriskie con Consuelo Maldonado
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Houston con sus cuatro millones de habitantes es la ciudad de Estados Unidos que más refugiados acoge.

Houston con sus cuatro millones de habitantes es la ciudad de Estados Unidos que más refugiados acoge.

Personas venidas de todos los rincones del planeta de Vietnam y Myanmar a Afganistán e Irak. Los más recientes han llegado escapando del infierno de Siria.

Gracias a programas de reasentamiento, muchos han comenzado una nueva vida en Houston.

Hemos hablado con una familia siria. Maher Jandari y su mujer llegaron con sus 5 hijos hace un año a Houston. Forman parte del grupo de 125 refugiados sirios acogidos en esta ciudad desde el inicio de la guerra en Siria. Desde 2014, han llegado a suelo estadounidense 38 500 sirios, la mitad en los últimos 6 meses.

“Me fui porque el día a día se volvió insufrible. La situación en Siria es tan desastrosa con tantos asesinatos que ya no sabes quién mata a quién. Incluso intentaron matarme”, explica Maher Jandari.

Valerie Zabriskie: ¿Usted eligió Estados Unidos o le hubiera gustado ir a un país europeo?

“Sí, aquí puedo descansar psicológicamente pese a las barreras del idioma y la cultura. Soy feliz porque estamos a salvo, no sentía lo mismo en mi país”, responde Maher Jandari.

Desde hace 5 años,Texas ha acogido a 42 000 refugiados, más que cualquier otros estado del país.

Una dinámica que se vió afectada por los ataques terroristas de París. La mayoría republicana en la Cámara de Representantes más un grupo de demócratas votó a favor de una ley para frenar el reasentamiento de refugiados sirios mientras no se obtengan garantías por parte de las agencias de seguridad sobre las personas acogidas. El texto auspiciado por el congresista republicano por Texas, Michael McCaul, fue paralizado por le Senado.

En noviembre, el gobernador de Texas escribió una carta al presidente Barack Obama explicándole que dejarían de aceptar a refugiados sirios en su estado.

Una decisión que fue anulada por el Fiscal General porque infringía la ley sobre los refugiados de 1981 que tiene carácter federal.

Tras los atentados de California y Bruselas, el candidato republicano a la Casa Blanca, Donald Trump, hizo de este tema una prioridad de campaña.

Trump advirtió a Obama que la cuota de 10 000 refugiados sirios prevista seguía siendo demasiado alta. Si el Gobierno cumpliera con este objetivo tendría que acoger a unos 833 sirios al mes, en marzo solo fueron realojados 332.

“Toda esa gente procedente de Siria que quieren acoger… estamos financiando programas de visados para ellos. No comparto esa idea puesto que si nos ponemos a pensar, no tenemos ni idea de quién son, de dónde vienen. Son jóvenes, fuertes, muchos son hombres y si nos fijamos bien, toda esa migración puede que se trate de la última versión del Caballo de Troya”, dijo Trump durante un mítin el año pasado.

Ali Al Sudani es un refugiado iraquí, llegó a Houston en 2009. Hoy en día, dirige la oficina para refugiados de la secretaría interconfesional de Houston.

Según él, los comentarios de Trump y otros políticos hostiles a la llegada de refugiados no tienen fundamento.

Valerie Zabriskie: Hemos visto que en Houston los refugiados son bienvenidos, pese a ello, ciertos políticos han infundido miedo hacia esta política de acogida. ¿A qué se debe?

“Es simplemente ridículo. Si un terrorista quisiera penetrar en nuestro sistema, no creo que sea la manera más rápida de entrar en Estados Unidos o en otro país. Los refugiados están sujetos a numerosos controles, más que cualquier viajero que desee venir a Estados Unidos”, asegura Ali al Sudani.

Los trámites son largos y rigurosos pero permiten, una vez dentro, poder seguir un protocolo de integración.

Un grupo de afganas asiste a una clase de inglés. Además de aprender el idioma, pueden acceder a programas educativos, de alojamiento y laborales.

En este restaurante afgano de Houston trabajan varios refugiados, su propietario Omer llegó de Afganistán hace 17 años.

Omer Yousafzai estudió derecho en Houston y trabajó en la agencia para los refugiados local antes de abrir su propio negocio.

Omer nunca se ha sentido discriminado y echa la culpa a los medios de conservadores y a los políticos por atizar las llamas de un fuego que, según él, no existe.

“Soy musulmán, amo este país, he trabajado para el Gobieno y seguiré haciéndolo si me llaman para echar una mano, me encantará hacerlo. Pero, ¿excluyen a los musulmanes porque piensan que representan una amenaza? Si yo fuera peligroso, ¿se quedaría hablando conmigo? Me dedico a la restauración, al sector de los servicios, no sería difícil hacer daño a la gente si me lo propusiera. La gente que me rodea y miles de personas de esta ciudad son musulmanas, solo la comunidad pakistaní reúne a cerca de 100 000 personas. Si fuera mala gente habría incidentes cada minuto, cada hora”, comenta Omer Yousafzai

Para Maher, como para otros muchos refugiados asentados aquí, Houston es pese a las diatribas políticas sobre la inmigración un remanso de paz.

Le gustaría que todo el mundo supiera que nadie abandona su país por capricho.

“En todos los países hay terroristas, algunos luchan contra el régimen en el poder, otros sirven al poder. El mundo estero participa a la destrucción de Siria. Basta con que haya un incidente en Estados Unidos, una explosión en Alemania para que digan que un sirio está detrás. Claro que no. Los sirios son los chivos expiatorios del mundo entero.”

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