El Primer escándalo del Gobierno brasileño que apartó a Dilma Rousseff llega de la mano de un hombre que colecciona acusaciones de…
PUBLICIDADEl Primer escándalo del Gobierno brasileño que apartó a Dilma Rousseff llega de la mano de un hombre que colecciona acusaciones de corrupción.
El ministro de Planificación, Romero Jucá, ha tenido que apartarse del cargo después de que el diario Folha de Sao Paulo divulgara, ayer, una grabación en la que Romero Jucá sugiere que la destitución de Rousseff permitiría detener las investigaciones sobre el multimillonario fraude en la petrolera Petrobras. Jucá ha dicho que tiene la conciencia tranquila.
Jucá es senador del poco poblado estado de Roraima en el Amazonas y ha acumulado cargos en los tres últimos gobierno alimentando su figura de camaleón político.
Jucá, como otros ministros del presidente interino, Michel Temer, es citado como uno de los políticos que se benefició de los desvíos millonarios en la petrolera estatal. Su nombre ha aparecido relacionado a otros escándalos como el que rodea a la construcción de la central nuclear de Angra 3 o durante su época al frente de la Fundación Nacional del Indio (Funai) cuando fue acusado de recibir sobornos por permitir la explotación de madera en reservas indígenas. La Fiscalía nunca llegó a abrir un proceso contra él.
Dilma Rousseff ha reaccionado inmediatamente. “Si alguien todavía no tenía certeza de que hay un golpe en curso, basado en el desvío de poder, las declaraciones fuertemente incriminatorias de Jucá sobre los objetivos reales del impeachment, sobre quién está por detrás de él, elimina cualquier duda”, espetó la presidenta suspendida en una acto en Brasilia, la capital de Brasil.
Las protestas frente a la residencia del presidente interino se multiplican en Sao Paulo. Cacerolazos que comenzaron este fin de semana después de que el Gobierno anunciara la reforma del plan social “Mi Casa, Mi Vida”, de la legislación laboral y el aumento de la edad de jubilación.