Francia afronta el fin de semana con seis de sus ocho refinerías paradas o al ralentí.
PUBLICIDADFrancia afronta el fin de semana con seis de sus ocho refinerías paradas o al ralentí. Es la consecuencia directa del pulso entre el Gobierno y el sindicato CGT sobre la polémica reforma laboral,
que persigue flexibilizar el despido y los mecanismos de negociación colectiva.
- “La refinería de Feyzin, al sur de Lyón, trata más de cinco millones de toneladas de petróleo bruto al año. Desde hace una semana, como otras refinerías en Francia, no produce absolutamente nada”, comentaba a sus puertas el periodista de euronews Phillipe Mathieu.
Los huelguistas exigen al Gobierno que de marcha atrás en la reforma. El Ejecutivo se niega en redondo, aunque acepta realizar cambios.
- “No tenemos a la gente como rehenes”, se justifica el sindicalista Jean-François Vapillon. “Ejercemos nuestro derecho a la huelga contra la reforma de la ley laboral. Queremos que sea retirada. Somos un complejo estratégico, de gasolina. Entendemos que a la gente le moleste la escasez de gasolina, pero nosotros no somos, en ningún caso, el motor de esta escasez de gasolina”.
Lo cierto es que a los franceses les resulta cada vez más difícil llenar el depósito de sus vehículos. Casi un tercio de las 2.200 gasolineras del país están fuera de servicio o sufren severas restricciones. El panorama es inquietante de cara a la cada vez más próxima celebración de la Eurocopa y del Tour.