Banderas a media asta en Dallas en señal de duelo por los cinco policías muertos en el tiroteo registrado el jueves.
Banderas a media asta en Dallas en señal de duelo por los cinco policías muertos en el tiroteo registrado el jueves.
Varias calles del centro de la ciudad, escenario de la matanza, continúan cerradas para no entorpecer la investigación en curso.
Según el secretario de Seguridad Nacional de Estados Unidos, el tiroteo, en el que nueve personas resultaron heridas, siete de ellas policías, parece ser obra de una sola persona: Michael Xabier Johnson, exmilitar y veterano de la guerra de Afganistán, muerto en un enfrentamiento con la policía tras atrincherarse durante más de una hora en un aparcamiento.
Según los negociadores que intentaron mediar con él, Johnson pretendía matar a personas blancas, especialmente policías.
“He oído que odiaba a los blancos”, señala Jim Otwell, vecino de Johnson. “Estoy sorprendido porque yo soy caucásico y a mí me invitó a su casa. ¿Qué hice yo para que no me odiara? ¿Qué ha pasado? Estoy seguro de que tiene algo que ver con Louisiana y Minesota. Me parecía un chico muy agradable”, concluye.
De hecho Jonhson expresó su malestar con las muertes esta semana de dos hombres negros desarmados a manos de la policía en Louisiana y Minesota.
En el registro de su vivienda, la policía ha encontrado “material para la fabricación de bombas, chalecos antibalas, municiones y un diario personal sobre tácticas de combate”.
Aunque el sospechoso aparentemente actuó solo y no tiene vínculos con ninguna organización terroristas, las fuerzas de seguridad estadounidenses siguen investigando si hay más personas vinculadas al tiroteo.
Con el país consternado por esta matanza, el presidente estadounidense, Barack Obama, ha decidido acortar su viaje a España para regresar el domingo a Washington.