Al menos tres policías han muerto y varios han resultado heridos uno de ellos, en estado muy grave esta domingo tras ser tiroteados por varios individuos en la ciudad estadounidense de Baton Rouge, en
PUBLICIDADAl menos tres policías han muerto y varios han resultado heridos uno de ellos, en estado muy grave esta domingo tras ser tiroteados por varios individuos en la ciudad estadounidense de Baton Rouge, en Luisiana. Lo ha confirmado el alcalde de la ciudad Melvin Holden, que ha pedido calma a la población.
Según fuentes policiales, se trata de una emboscada tendida por varios tiradores. Uno de los agresores también ha muerto, y se está verificando con un robot si llevaba explosivos.
Los hechos han tenido lugar en las cercanías de la comisaría central de esta ciudad.
Las fuerzas del orden han pedido a la población su colaboración, que les comuniquen si disponen de alguna información que pueda resultarles útil. El perfil de los individuos buscados sería el de hombres vestidos de negro con fusiles de asalto. También han recalcado que una de sus prioridades es la seguridad de los habitantes de la ciudad.
Por el momento la policía no da más detalles de lo ocurrido, porque la operación de búsqueda del resto de sospechosos sigue en marcha.
Los hechos tienen lugar días después de jornadas de extrema tensión vividas en esta ciudad por la muerte de Alton Sterling, un ciudadano afroamericano desarmado, fallecido por los disparos de un policía blanco cuando estaba inmovilizado.
Este suceso, junto a otro similar en Minesota, provocaron una nueva ola de protestas en todo el país contra la violencia policial contra los negros. En una de esas manifestaciones, en la localidad de Dallas, Texas, cinco policías fueron asesinados por un exsoldado negro, Micah Johnson.
La semana pasada, la policía de esta ciudad del sur estadounidense había detenenido a tres personas que supuestamente tenían un plan para asesinar policías.
La tensión, pues, vuelve a crecer, a pesar de las múltiples llamadas a la calma de las autoridades. En el centro del debate, dos cuestiones: por un lado, la laxitud de la legislación estadounidense respecto a la compra y tenencia de armas de fuego. Por otro, la recurrente violencia policial contra ciudadanos afroamericanos, que tienen todas las de perder también en el sistema judicial del país.