Estas elecciones en Estados Unidos tienen todos los ingredientes para que sean, otra vez, históricas.
PUBLICIDADEstas elecciones en Estados Unidos tienen todos los ingredientes para que sean, otra vez, históricas.
Un candidato republicano que despierta controversia contra una mujer, que por primera vez lidera uno de los grandes partidos del país.
En esta ocasión la Casa Blanca, puede estar presidida por una mujer.
Su hasta hace poco rival Bernie Sanders y el matrimonio Obama apoyarán a la candidata en el primer día de la convención demócrata que se celebra en Filadelfia entre el 25 y el 28 de julio.
Hillary Clinton dice:
“Gracias a vosotros hemos pasado una etapa. Es la primera vez en la historia de nuestra nación que una mujer será la candidata de uno de los principales partidos por la presidencia de Estados Unidos”.
Una ex primera dama que ha comenzado el mes de julio con más de 44 millones de dólares disponibles para la campaña, un poco más del doble que su oponente republicano, Donald Trump.
Candidata respaldada también por el presidente del país, Barack Obama.
Barack Obama, presidente de EE. UU. ha dicho:
“Me doy cuenta que no soy el candidato ideal para este empleo, no tengo el pedigrí”.
Y el del presidente no es el único apoyo, el senador Bernie Sanders, el principal rival de la ex secretaria de Estado en las primarias demócratas también respaldó su candidatura.
Aunque tardó más de un mes en hacerlo para presionar sobre el contenido del programa del partido.
Bernie Sanders ha dicho:
“Voy a hacer todo lo posible para que Hillary Clinton sea la próxima presidenta de Estados Unidos”.
Una unión que ha cambiado el discurso de la candidata, incluyendo en el programa algunas de las causas que defendía Sanders, como la lucha por subir el salario federal mínimo.
Otro de los propósitos de Clinton es ganar el voto latino:
“En Cleveland van a nombrar a alguien que piensa dirigirse al electorado latino twiteando una imagen de un taco”
Según la candidata la diversidad y el multiculturalismo son una fortaleza, un mensaje que forma parte de su campaña para intentar acercarse a los 58 millones de latinos que viven en el país.