Por primera vez en la historia de los Juegos Olímpicos, un equipo va a reunir a atletas refugiados bajo la bandera olímpica.
PUBLICIDADPor primera vez en la historia de los Juegos Olímpicos, un equipo va a reunir a atletas refugiados bajo la bandera olímpica.
Proceden de Siria, de Sudán del Sur o del Congo, y se han visto obligados a abandonar sus países debido a la guerra y las persecuciones.
Son diez atletas que desfilarán bajo la bandera olímpica en la inauguración de los Juegos de Río este viernes 5 de agosto.
Tras huir de la guerra en Sudán del Sur, James Chiengjiek
cree que su participación representa un mensaje de esperanza para los refugiados de todo el mundo.
“Creo que será un momento excepcional para todos los refugiados, no sólo para quienes participamos, porque como todos sabemos, representamos a millones de refugiados en todo el mundo y es una oportunidad para demostrar que los refugiados también que podemos hacer algo.”
Yusra Mardini, nadadora de 18 años, se prepara para competir en los 100 metros mariposa y 100 metros de estilo libre. Tras huir de la guerra en Siria, Yusra se ha instalado en Alemania, donde tiene el estatus de refugiada.
“Es increíble porque todos tenemos la misma sensación de no darnos nunca por vencidos y de haber hecho lo imposible por llegar hasta aquí. Hemos pasado mil y una dificultades y sin embargo aquí estamos, porque es nuestro sueño.”
La selección de Brasil, como anfitriona, será la primera en desfilar en la ceremonia de apertura. Tras ella, lo hará el equipo de refugiados bajo la bandera que representa a los cinco continentes.
En Barcelona, en los Juegos de Verano de 1992, se creó un equipo unificado con atletas procedentes de antiguas repúblicas de la Unión Soviética (exceptuando a los Países Bálticos). Y en Sídney, en el año 2000, se aceptó bajo el estandarte olímpico a cuatro atletas de Timor Oriental, país en transición hacia su independencia.
Mientras que en Londres 2012, un atleta de Sudán del Sur logró participar pese a que su país todavía no era miembro del COI.
En caso de victoria, los atletas celebrarán su medalla con el himno olímpico y la esperanza de que su mensaje de paz se haga eco en todo el mundo.
El número de refugiados, desplazados y solicitantes de asilo alcanzó en 2014 la cifra récord de 59,5 millones, un número que desde entonces no ha dejado de aumentar.