En verano, en el campo de refugiados de Kara Tepe, en la isla griega de Lesbos, los niños que realizaron el periplo de Turquía a Grecia reciben clases de…
En verano, en el campo de refugiados de Kara Tepe, en la isla griega de Lesbos, los niños que realizaron el periplo de Turquía a Grecia reciben clases de natación. Una actividad ideal para que los pequeños pierdan el miedo al mar que muchos desarrollan tras ser conscientes de que es una barrera peligrosa en su viaje hacia Europa.
“Sus madres tenían que forzarlos a meterse en el agua. Estamos aquí para ayudarles a familiarizarse con el mar y hemos logrado que todos los niños hayan perdido el miedo al agua”, dice Lia Stavropoulou, socorrista griega.
Algunos de los padres de estos niños no pueden evitar recordar sus respectivos periplos cuando llevan a sus hijos a las clases de natación.
“Gracias a Dios estoy en Grecia. Estoy muy feliz. A veces lloro cuando estoy en el agua. Cuando vengo aquí me acuerdo del viaje y empiezo a llorar”, cuenta Fatima Harriri, demandante de asilo siria.
1,500 personas viven en el campo de de Kara Tepe, un 60% de las cuales son niños. En total, más de 57.000 refugiados e inmigrantes permanecen varados en Grecia.