Calais está en el centro de las discusiones entre el ministro del Interior británico y su homólogo francés.
Calais está en el centro de las discusiones entre el ministro del Interior británico y su homólogo francés. En realidad, es el centro de un problema mucho más antiguo entre los dos países. “La jungla”, como llaman a este campo de refugiados en Calais, está a punto de extallar. Según todos los cálculos, pronto el número de refugiados llegará a 10.000.
La jungla de Calais bate un nuevo récord con 10.000 refugiados https://t.co/2MdQgywGHdpic.twitter.com/9Sm9u5uCYY
— La Voz de Asturias (@lavozdeasturias) 30 de agosto de 2016
La inmensa mayoría sólo tiene un sueño: llegar cueste lo que cueste al Reino Unido. Pero las puertas para acceder a Eldorado están en Francia. Desde el pasado mes de marzo, antes del brexit, el presidente francés advertía al primer ministro británico de las consecuencias humanas de una eventual salida de la UE.
Inevitablemente ese día Hollande y Cameron hablaron de Calais. El problema se remonta a 2002. Por entonces no existía la jungla y los refugiados que llegaban a Calais se instalaban en el campo de Sangatte. Construido por la Cruz Roja en 1999 para acoger a un máximo de 200 personas, el campo se vió desbordado por las llegadas de iraníes, kurdos, kosovares, y afganos.
En 2002, presionado por su homólogo británico, el entonces ministro del Interior francés, Nicolas Sarkozy, decidió su cierre definitivo, pero el problema permaneció intacto: los refugiados siguieron llegando a Calais. En febrero de 2003, los dos mismos ministros firmaron el acuerdo de Touquet. Para controlar mejor los flujos migratorios y la inmigración clandestina hacia un país fuera de Shengen, como el Reino Unido, el texto contemplaba que la frontera francobritánica se situase en Calais en vez de en Dover. Allí se controla a los candidatos a viajar al Reino Unido. El problema es que nadie había previsto que iban a ser tan numerosos.
Ahora algunos políticos franceses, candidatos o no a las presidenciales, denuncian el acuerdo y quieren volver a colocar la frontera en Dover para que sea el Reino Unido el que gestione las solicitudes de asilo y el flujo incesante de refugiados.