El principal productor mundial de móviles se da por vencido y deja de fabricar su buque insignia por los problemas con las baterías de ion-litio. Las pérdidas económicas son multimillonarias.
PUBLICIDADDuro golpe para Samsung; el Galaxy Note 8 ya es historia. El gigante tecnológico surcoreano ha anunciado este martes que deja de producir definitivamente el buque insignia de su división de telefonía móvil. El motivo son las baterías de ion-litio, que se incendian de manera espontánea sin que los ingenieros hayan dado con la clave del problema.
El via crucis comenzaró el pasado mes de agosto, tras el lanzamiento del terminal, cuando se descubrieron las primeras anomalías. El fabricante decidió retirar dos millones y medio de unidades que ya estaban en el mercado y a cambio ofreció a sus clientes otros terminales que, en principio, eran seguros. Sin embargo, dos meses después, el problema persiste y la compañía se da por vencida.
El fracaso del Galaxy Note 7 supone un durísimo varapalo para el principal productor mundial de móviles. No sólo por los 1.200 millones de euros que ha perdido al recuperar los terminales defectuosos, sino también por el desplome que las acciones de la compañía han sufrido en los mercados mundiales y el daño que este asunto le ha hecho a la reputación de la marca.