La estrategia del presidente español en funciones Mariano Rajoy, ha dado sus frutos.
PUBLICIDADLa estrategia del presidente español en funciones Mariano Rajoy, ha dado sus frutos. Ha tenido que esperar diez meses para el desenlace, pero podrá volver a gobernar aunque sea en minoría.
Una vez elegido por primera vez en 2011, el presidente conservador prometió poner fin a la crisis económica, pero advirtiendo de que venían tiempos difíciles y medidas de austeridad para luchar contra el paro que sobrepasaba el 20 por ciento.
“Necesitamos dinero. Y nos lo han prestado y lo vamos a devolver. Pero eso es absolutamente necesario para recuperar las entidades financieras, para que haya crédito en España. Y, por tanto, los inversores puedan hacer lo que saben hacer que es invertir y generar empleo”, explicaba Rajoy al inicio de la crisis.
En 2013, el “caso Bárcenas” empaña la imagen del Partido Popular al revelarse documentos sobre la existencia de una financiación ilegal dentro del partido. Rajoy niega las acusaciones del extesorero del PP diciendo: “Es falso. Nunca, repito nunca, he recibido ni he repartido dinero negro ni en este partido ni en ninguna parte.”
El PP, implicado en diversos escándalos de corrupción recibe un duro castigo en las urnas en diciembre de 2015, y pierde la mayoría absoluta en la cámara de los diputados.
Rajoy, gana las elecciones, pero sin la mayoría necesaria en un Parlamento fragmentado. Escenario inédito en la historia de la democracia española reciente.
Una situación que deja al jefe de la oposición, el socialista Pedro Sánchez ante una posible investidura. Pero Sánchez tampoco logró en marzo los apoyos suficientes para ser investido presidente del Gobierno.
El bloqueo perdura. Seis meses después los españoles vuelven a las urnas el 26 de junio. El Partido Popular vuelve a encontrarse en la misma tesitura, sin aliados suficientes.
Rajoy va de fracaso en fracaso. En septiembre tras dos sesiones de investidura fallidas, la clase política española sigue sin encontrar una salida al bloqueo institucional.
Otro problema para Rajoy es el enfrentamiento con los independentistas catalanes al excluir el referéndum secesionista de Cataluña.
“No va a haber independencia de Cataluña, sentenciaba Rajoy. Y quiero decir también que tampoco Cataluña se va a ir de Europa, que es lo que se le está proponiendo a los ciudadanos de Cataluña.”
Con la investidura de esta semana se pone fin al punto muerto institucional en España, pero Mariano Rajoy se prepara para un difícil mandato. Quien hizo campaña sobre la estabilidad económica, tendrá que negociar rápidamente el presupuesto del Estado, bajo la presión de Bruselas, para reducir el déficit público al 3,1% en 2017.