Los hijos de refugiados sirios nacidos en Grecia afrontan el problema jurídico de su estatuto legal.
PUBLICIDADLos hijos de refugiados sirios nacidos en Grecia afrontan el problema jurídico de su estatuto legal.
Estos bebés nacidos en suelo griego pueden quedar en un limbo jurídico y solo reciben una partida de nacimiento temporal si son inscritos conjuntamente por el padre y la madre.
Para los nacidos en tiendas de campaña en campos de refugiados la inscripción en el registro civil es esencial para no correr el riesgo de ser declarados apátridas, y poder iniciar después el procedimiento de solicitud de asilo.
Tras la reforma de la ley de ciudadanía para emigrantes de segunda generación existen nuevas condiciones.
Para los nacidos en Grecia, el principal requisito es que los padres hayan vivido durante cinco años en el país con un permiso legal de residencia antes del nacimiento del hijo.
La ley exige la residencia legal continua de al menos uno de los progenitores durante un mínimo de cinco años antes del nacimiento del niño. Si éste nació antes de transcurrir ese plazo de cinco años, la nacionalidad sólo podrá solicitarse tras 10 años de residencia legal.
Aquí en el campo de refugiados de Ritsona, a 70 kilómetros al norte de Atenas, viven unas 600 personas.
Entre los casi 60.000 refugiados y emigrantes llegados en los últimos tiempos a Grecia, cientos de mujeres ya estaban embarazadas al embarcarse hacia Europa. Es el caso de Hanan Halawa, refugiada siria, madre de cuatro hijos, que tuvo su último retoño en la ciudad griega de Calcis.
“Aquí la vida es difícil, pero en Siria también lo es. Escapé de la guerra. Es lo único que quería, huir a algún lugar seguro, porque además estaba embarazada.”
Los refugiados sirios que han tenido sus hijos en Grecia han de establecer su nacionalidad para no ser declarados apátridas, lo que complicaría la solicitud de asilo y la posibilidad de regularizar la situación de sus hijos.
Hala Baroud, que llegó a la isla de Lesbos embarazada de cuatro meses, también ha dado a luz en Grecia.
“No pudimos traernos todo de Siria. Espero que cuando ella crezca pueda ofrecerle educación y estudios. Igual que cualquier madre, espero que a mi hija no le falte de nada en la vida.”