Pese a la gran ofensiva siria en el este de Alepo, los rebeldes se niegan a evacuar las zonas, aún bajo su control.
Pese a la gran ofensiva siria en el este de Alepo, los rebeldes se niegan a evacuar las zonas, aún bajo su control.
Los bombardeos de este miércoles podrían haber matado a 45 personas, la mayoría mujeres y niños, mientras huían del conflicto, según fuentes del grupo de rescate La Defensa Civil Siria, también conocidos como los White Helmets (Cascos Blancos).
En las últimas 72 horas el éxodo de civiles en busca de refugio no ha dejado de aumentar:
“Más de 8.500 civiles, entre ellos 4000 niños, aprovecharon la caótica rendición de los militantes para escapar de los distritos controlados por grupos armados como Jabhat Fateh al-Sham (conocido como “El Frente Al-Nusra)”, señaló la portavoz del Ministerio de Exteriores ruso, Maria Zakharova.
Rusia mantiene que habilitará corredores humanitarios para los civiles secuestrados por los terroristas, mientras Siria, desmiente que se esté deteniendo a los rebeldes que han depuesto sus armas.
“Por supuesto, estamos muy preocupados por la situación de los niños porque, como ya se pueden imaginar, los pequeños, son más vulnerables que los adultos, y tienen menos posibilidades de resistir”, manifestó Bettina Luescher, portavoz del Programa Mundial de Alimentos de la ONU.
Según UNICEF, más de 100.000 niños sobreviven en el este de Alepo en un “verdadero infierno”.
Desde comienzos de este año alrededor de 84 escuelas sirias fueron atacadas, matando a 69 niños.