La artillería iraquí machaca posiciones del grupo Estado Islámico tras perder una de sus mayores conquistas en la ofensiva para recuperar el control de Mosul.
La artillería iraquí machaca posiciones del grupo Estado Islámico tras perder una de sus mayores conquistas en la ofensiva para recuperar el control de Mosul. Después de sufrir una feroz contraofensiva y al menos seis ataques suicidas con coches repletos de explosivos, el ejército iraquí se ha retirado de un hospital que se cree que era utilizado por los yihadistas como base militar.
En el barrio de Wahda, que pensaba tener bajo control, se han registrado durísimos combates a lo largo de la jornada. También ha habido algunas detenciones de supuestos yihadistas o colaboradores del Dáesh. El Ejército iraquí ha elaborado listas con los nombres proporcionados por los habitantes de las zonas liberadas.
Mientras tanto, al ritmo de los combates, cientos de civiles siguen abandonando a diario la ciudad, en la que viven atrapadas más de un millón y medio de personas. La ofensiva para recuperar Mosul comenzó hace siete semanas y en ella participan cien mil efectivos entre soldados del Ejército iraquí, peshmergas kurdos y miembros de las milicias populares chiíes.